Revolución es hacer cada día de nuestro pequeño espacio, un lugar digno de habitar
"La Maldita Máquina de Matar" Pinchevsky/ Medina

viernes, septiembre 24, 2010

Crónicas de viajes.

UN VIAJE









Olores densos. Ruidos extraños. Y la noche rauda, desdibujándose en los claroscuros de la geografía agreste que se incrusta en las retinas. El traqueteo monótono de los boogies rodando sobre los rieles desparejos, inacabables, que transgreden la selva misionera.
Los ojos de un puma destellan como los de un duende maléfico entre la nada blindada de sombras. Alguien, en medio de la noche profunda, enciende un cigarrillo. Reviro de siluetas que se retuercen sobre los asientos de cuerina pringosa. Búsqueda siniestra del anónimo conspirador de sueños mientras el silbato le arrebata a los aceros su hegemonía veloz.
El niño se desprende de la teta de su madre y rompe en llanto, mientras el mate se entibia en las manos de los viejos.
El ruido es formidable por la fuerza del impacto. El primero revienta como una bola de nieve contra la ventana entreabierta del vagón. El segundo esparció su sangre y sus vísceras, astillando los vidrios  del coche comedor, chillando como un espectro maldito. De inmediato la amenaza desplegó sus alas agigantando sus dimensiones al sortear el hueco de la puerta. Vira hacia un lado y hacia otro. Con el pico abierto y la mirada destellante hasta aplastarse entre los bultos del equipaje. Agazapado descarga picotazos al aire. Está asustado.
Al llegar a un puente, "El Gran Capitán", disminuye su velocidad. El niño apunta con su dedo al bicho, y el viejo, olvidándose del mate por un rato, se acerca al búho, le susurra palabras en guaraní, lo envuelve con su poncho y lo toma entre sus manos. Mansamente lo va acercando hacia la ventana. Estampa un beso en cada una de sus alas y lo libera. Como un rayo el ave raja la noche con su blancura. Chilla y se pierde. El tren avanza a toda velocidad pero mis oídos prestan atención el breve diálogo entre los ancianos:
   - No sé qué está pasando con éstos bichos... es como si estuvieran suicidándose...
   - Son las máquinas, viejita. la ambición desmedida de los hombres. Es mucho el daño que están causando. La selva se achica y los animales mueren... Dáme otro mate... algo que me caliente el alma...
Roque Paz

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