Mi corazón no puede contener el odio y el amor. Y ambos tienen razones para ser. Hoy toca elegir. El clima se torna cálido. La música deja de ser el lamento y vuelve a ser alegría. Y podés decir que los sentimientos no se eligen. Pero siempre se elige hacia donde mirar. Que cultivar para la cosecha. Vivo la humildad dentro y fuera de mí. La belleza muestra su cara más dulce en la sonrisa. El único anhelo, la única ambición, es hacer de este mundo un lugar bello. Digno de habitar. Ya no me equivoco más rodeándome de personas que consideran a sus iguales menos. Si elijo entre los que se creen más o los que se creen menos, siempre estoy con los segundos porque se equivocan de una forma modificable. Vivo mi verdad, que es la verdad de muchos. Y es conciencia cuando la compartimos. Que nuestras únicas miserias brotan de la falta de trabajo, de dinero, de tiempo. Y todo eso lo vamos a cambiar pronto. Los que arrastramos sólo mambos como herencia nos libramos de eso más temprano que tarde. De los golpes del camino aprendemos a cuidarnos. Todo lo que entendí, aunque duela y casi me mata, me hace más libre. Y seguiré por este camino donde los forros muestran la hilacha más temprano que tarde. Aquellos que no pueden seguir, que están en el loquero, presos o mendigando, marginados, son más nosotros que los otros que construyen muros y apelan a la propiedad privada para justificar su verdadera miseria. La triste verdad es que no les importa nada más que ellos mismos. Y si las cosas se les van de las manos, aunque disimulen mejor o peor, odian. foto by Cuiz Escrito by Araña |
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"La Maldita Máquina de Matar" Pinchevsky/ Medina |
miércoles, julio 13, 2011
Elegir
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