Asco me da

Asco siento de ver la publicidad oficial del gobierno de la provincia de Buenos Aires en el "programa más visto de la televisión argentina."

De ver cómo se despilfarra el dinero de los contribuyentes para promocionar las ventajas de operar con el Banco Provincia o veranear en la costa bonaerense en el "show del gran tiburón blanco y su troupe de rémoras desquiciadas" porque realmente, parecería ser una broma de mal gusto, oir al tipo de los millones recitar de corrido la venta publicitaria cuando sabemos que se caga en las playas argentinas porque desde que se transformara en el "guacho pulenta" más codiciado por las mujeres, el más ganador, el más fachero, el más sexi, el más cool, el más todo... cada vez que se le canta se toma un avión y se raja a Miami, a Punta del Este o a Europa. Alguien debería decirle al "gordito de Bolívar" que el ser un tipo afortunado, ser famoso y millonario, no garpa en la jerga barrial. Que eso es para la gilada que asesora al gobernador que, por lo visto, tiene menos calles que Venecia, cuando deciden invertir en el programa del Tiburón para hacerle creer a la gente que yendo a la costa bonaerense, y con un poco de suerte tal vez, podría cruzarse  con el popular animador y pedirle una foto o un autógrafo.

Lamentablemente, como millones de argentinos, me la tengo que fumar. Como en su momento también tuve que hacerlo cuando nuestro presidente Néstor Kirchner realizó un aporte millonario para la construcción de un polideportivo en la ciudad natal del cabezón, o el desembarco en el canal público de personajes que en su puta vida se comprometieron ni aportaron un mango para mejorarla calidad de vida de un pueblo humillado. Algo que, más allá de un golpe de efecto político publicitario, era inconcebible bajo todo punto de vista porque si algo le sobra a este tipo personajes son dólares y caradurez. Pero a los ricos no le gusta poner guita de sus bolsillos y siempre "rascan" algo del herario público que, seguramente les servirá para adquirir el auto más caro, alguna "estirada" o comprar tierras para levantar barrios privados  y complejos turísticos; sin importarles una mierda que ese dinero podría ser destinado a cubrir cuestiones más urgentes. Hay que ser chanta para cobrar guita de un gobierno después de haber puesto en duda la idoneidad de los funcionarios para solucionar problemas que vienen de arrastre utilizando la pantalla para hacer lobby a favor del endurecimiento de las penas para los delincuentes. Pero es lo que hay y lo que muchos compran. Y sabemos que a las personas exitosas siempre se les dá más de lo que se merecen porque, como en el caso del tiburón bolivariano, uno se pregunta: ¿Qué corno inventó este careta para que todos le rindan loas? Y la respuesta es contundente:¡NADA!... Puro culo nomás...

Solo quisiera que aparezca alguien que me diga cuando fue la última vez que se vio al tiburón del trece mojarse las patas en Santa Teresita, Mar del Tuyú, o Miramar...

Señor gobernador está meando fuera del tarro. La gente no necesita que le digiten cómo, cuándo o dónde veranear, por lo tanto cuide el dinero del contribuyente o, por lo menos, elija bien en donde publicitar. Precisamente no es ése programa el ideal para hacerlo. Un programa en donde el dueño del circo se le caga de risa en la jeta a todo el mundo...

Roque  Paz