Ya están entre nosotros. Para ser más precisos, desde la década de los '90. Y es que nos hemos acostumbrado tanto a verlos pavonearse ostentosos frente a nuestras narices que ni siquiera sospechamos que estamos en presencia de seres que se apropian de nuestros cuerpos, nuestras mentes y nuestras voluntades.
Esta clase de engendros tienen un plan siniestro. Adoptan formas humanas primitivas, en su mayoría poco agraciadas, para ir mutando hacia una nueva estética corporal que los hace cada vez más aceptables a la mirada del público en general. Y a medida que mutan sus fisonomías se posicionan socialmente para alcanzar su verdadero objetivo que no es otro que: el perdurar en el tiempo.
Así los vemos. Bellos, felices, jóvenes y relucientes. Fieles exponentes del modelo elegido. Y todos aquellos que todavía no hemos sido captados sólo observamos, envidiosos, el modo de instalarse entre nuestras sufridas existencias con el desenfado propio de las clases dominantes.
Son los herederos de una nueva raza. La raza "S". Los Supremos. Los Superados. Los Sin culpa... Son LOS SILICONS...
Estamos invadidos. Hemos naturalizado e intelectualizado esta amenaza que incuba en lo medios y se propaga por todas partes. Así vemos como los viejos cuerpos de vedettes, artistas, políticos, conductores, periodistas, etc. van rejuveneciendo sus rasgos. Son los nuevos Dorians Grey. Estirando su piel ajada. Agrandando sus tetas y sus pitos. Poniéndose culo nuevo. Achicándose la argolla, rellenando pómulos y labios, modificando sus narices. Implantándose dientes, cabellos o depilándose definitivamente. No son humanos, o por lo menos dejaron de serlo hace tiempo. Sus cuerpos han sido usurpados por seres ambiciosos que lo único que buscan es la inmortalidad de los colgajos. Poco queda de humanos en ellos y es muy posible que ni siquiera recuerden como eran hace un tiempo. Una raza ególatra, trepadora, poco talentosa que condena a sus hijos a dudar de su verdadera identidad porque en nada se parecen a sus padres.
Pero si algo hay que reconocerles es que no escatiman recursos para acceder a los círculos privilegiados del poder. Toman champán, fuman buenos cigarros, visten ropas caras, viajan por el mundo, viven en barrios exclusivos y se desplazan en sus poderosas naves importadas.
Caminando por las calles de Ituzaingó vi con sumo asombro los afiches de un intendente que no es el verdadero, nuestro único y eterno intendente... Lo ví sonriente con su dentadura sin mácula y mucho más joven que nuestra presidenta y nuestro gobernador. Con su nuevo look remozado, casi un pibe.... lejos, muy lejos de la imagen primaria de un hombre mayor de anteojos, bigote y pelo ralo: con apariencia de tío abuelo... Claro, me puse a pensar. Este es otro caso de un tipo importante poseído por los silicons. Nuestro intendente es otra víctima de los invasores. No cabe pensar otra cosa. Un par de elecciones más que gane y nos vamos a enfrentar a una realidad con rostro adolescente y con el culo rectificado por el desgaste que significa seguir atornillado a los sillones del poder.
Esto no es joda. Por el contrario. Ellos están aquí y basta prender la televisión para identificarlos... La invasión de los SILICONS ataca sin compasión. Lo que nunca se va a saber que es lo que hacen con los viejos cuerpos usurpados luego de lipoaspirarlos... Todo un misterio por develar.
El Peronauta
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