Revolución es hacer cada día de nuestro pequeño espacio, un lugar digno de habitar
"La Maldita Máquina de Matar" Pinchevsky/ Medina

viernes, octubre 22, 2010

ELLOS Y ÉSOS


Desde hace mucho se sabe que, tanto dirigentes, como políticos y/o empresarios inescrupulosos recurren, cada vez que lo consideran necesario, a los servicios de "La pesada del fútbol."
Estamos hartos de ver por televisión, escuchar por la radio o en las páginas de los diarios, hablar sobre el tema. A periodistas que machacan constantemente cada vez que la violencia se cobra una nueva víctima, como aconteció en las últimas horas con la muerte innecesaria de un militante del Partido Obrero.
Sabemos que entre los barras bravas coexisten mercenarios que se venden al mejor postor. El pago es evidente: Entradas de favor, viajes, reventa, estacionamiento y peaje, participación en la venta de jugadores, droga, etc., etc., etc.,... o lo que es más embromado todavía: ser la fuerza de choque de algunos sindicalistas o políticos con las implicancias que ello trae aparejado.
Estos energúmenos disfrazados de hinchas comunes no son ningunos improvisados y tienen bien cubiertas las espaldas ya que realizan sus negocios a la vista de todo el mundo. Son conocidos por los encargados de manejar la seguridad de los clubes que les franquean el acceso a los estadios. Y tanto, directivos, jugadores y cuerpos técnicos se codean a diario con ellos. También puede vérserlos en distintos actos partidiarios, movilizaciones o como seguridad de diversas personalidades. Cultivan buenas migas con directivos, funcionarios y hasta con la propia policía. Y lo paradójico de todo esto es que muchos se rasgan las vestiduras pero nadie hace absolutamente nada para erradicar esta lacra social. La pregunta del millón sería entonces: ¿Por qué?
Y la respuesta es más simple todavía: Negocios, macho, negocios. Porque se constituyen en lo que podrían llamárseles un mal necesario para las ambiciones desmedidas de los que buscan hacer dinero rápido y posicionarse o, en su defecto, mantener el poder a toda costa.
Son funcionales, descartables, genuflexos, peligrosos y mutantes. Así se los puede encontrar liderando a las hinchadas, realizando pintadas, apretando gentes, vendiendo falopa en las tribunas, haciendo el aguante en algún acto o como seguridad, compartiendo asados junto a personajes encumbrados o lo qué más les cabe: enfierrados y yendo al frente como se pudo observar durante la intentona de desalojo por parte de los ferroviarios en contra de los trabajadores tercerizados del Roca que se cobró la vida de Mariano Ferreyra.
Se trata de negocios, macho. Y en tanto y en cuanto no aprendamos a mirarlo de ese modo, menos lo vamos a entender y la cosa va a continuar, más allá de que la lectura fina, en este caso, pase por otro lado...
Pero como en casi todas las cosas que pasan en nuestra querida Argentina, la culpa no es de ELLOS sino de ÉSOS que conocemos todos. 

Roque Paz 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario