Es así como me lo imagino, ahora que la agencia espacial norteamericana ha anunciado el descubrimmiento de un planeta constituído de diamantes, grafito y diversos minerales que, seguramente, alimentarán la ambición de más de un poderoso. Y vaya que estaría bueno que así fuera, porque... como bien sabemos el resto de los mortales, nada conmueve más a un ávido materialista que la acumulación sistemática de riqueza.
Voy más allá en mi vuelo imaginario. Asociando este anuncio con los cuentos de Bradbury, que tan bien describiera en sus célebres "crónicas marcianas". Imagino una verdadera fiebre de conquista. Enormes naves repletas de aventureros, empresarios, militares (porque hay que salvaguardar los tesoros), misioneros para evangelizar las hordas, banqueros y todo un conglomerado de voluntades mancomunadas en un sólo objetivo: Hacerse ricos de la noche a la mañana. Y aparecerán los tours, los vuelos hacia las estrellas con diversidad de tarifas según el bolsillo de los viajeros... Sí, y estaría bueno que así fuera. Por que de ésa manera, la Tierra se vería liberada de tanto hijo de puta. Y, puede que sea de ésa forma, la única que se me ocurre, o que se cumpla la profecía para que los mansos heredemos la tierra. Para cuidarla, para sanarla y protegerla, porque la plaga exterminadora se habrá alejado definitivamente de nosotros.
Allá lejos, muy lejos, en su cielos diamantados, corromperán, dinamitarán, contaminarán, devastarán, la geografía del nuevo planeta. Y se emborracharán, y se prostituirán, y se armarán, y se pelearán, y se aniquilarán unos a otros hasta que no quede nada en pié. O se comerán hasta sus propias conciencias cuando se den cuenta que sólamente se trata de un espejismo de cristal, fabricado por la naturaleza a base de carbón y enormes presiones a muy altas temperaturas, pero cuando eso ocurra será demasiado tarde para ésa raza de hombres codiciosos.
Entonces nosotros los mansos, los soñadores, los que amamos la vida en todas sus manifestaciones, volveremos a correr desnudos por los campos. Felices, dichosos de poder contarles a nuestros nietos la historia de aquellos necios que abandonaron la Tierra en sus fabulosas máquinas voladoras para perecer en un planeta ornamentado de diamantes.
Allá lejos, muy lejos, en su cielos diamantados, corromperán, dinamitarán, contaminarán, devastarán, la geografía del nuevo planeta. Y se emborracharán, y se prostituirán, y se armarán, y se pelearán, y se aniquilarán unos a otros hasta que no quede nada en pié. O se comerán hasta sus propias conciencias cuando se den cuenta que sólamente se trata de un espejismo de cristal, fabricado por la naturaleza a base de carbón y enormes presiones a muy altas temperaturas, pero cuando eso ocurra será demasiado tarde para ésa raza de hombres codiciosos.
Entonces nosotros los mansos, los soñadores, los que amamos la vida en todas sus manifestaciones, volveremos a correr desnudos por los campos. Felices, dichosos de poder contarles a nuestros nietos la historia de aquellos necios que abandonaron la Tierra en sus fabulosas máquinas voladoras para perecer en un planeta ornamentado de diamantes.
Roque Paz
Bien Roque !!!!!!
ResponderBorrarun conocido pastor evangélico gritaría un gran "Aleluya hermano" mientras se sube a la nave mayor y saluda a los fieles a los que prometió orar a Dios para que puedan seguirlo pronto.... qué mundo tan bizarro!
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