Lo miro y me mira pero, ¿Te conozco en verdad? O sólo sos una ilusión de vidrio que me pasa la factura de los años?
Cincuenta y tantos años no son pocos... cierro los ojos y puedo ver el niño que fuí. Deslizo mi mano a través del cristal y me dejo transportar hacia tiempos más felices... en donde lugares, rostros conocidos que partieron, olores... otros cielos, otros sueños, me hacen sentir vivo.
Voy hacia la infancia pobre y despreocupada... y soy feliz, inmensamente feliz.
Cincuenta y tantos años no son pocos pero... ¿es sólo un vidrio el que me pasa la factura de los años? O lo que podría ser mejor todavía: he aprendido a caminar con el peso de mi historia escrita en la frente; porque como diría el poeta: CONFIESO QUE HE VIVIDO!
Roque Paz
Me gusta mucho esta reflexión...!!!
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