Revolución es hacer cada día de nuestro pequeño espacio, un lugar digno de habitar
"La Maldita Máquina de Matar" Pinchevsky/ Medina

viernes, noviembre 11, 2011

De profesión iluso y el 11-11-11



Como si no hubiese asuntos mucho más importantes que atender. Fagocitado por los medios hasta el hartazgo. Por enésima vez estamos a las puertas del fin:  Señores y señoras. Niños y niñas... ha llegado el 11-11 del 11... ¿Y ahora qué? se preguntan miles de ilusos mientras el mundo gira inexorablemente hacia su nuevo final... " cuantas veces me mataron, cuantas resucitaré..."
This is the end my friend, cantaría Morrison en el Uritorco bebiendo leche de cabra y Nostradamus tiraría los dados snifando líneas de monóxido. Los Mayas elevarían plegarias a los soles eclipsados con música de los Guachiturros y los profetas del mal pasarían sus últimas horas sembrando rosas en el desierto de Atacama. Yo, en cambio, voy a  prender el fueguito, calentar los fierros y tirar un cacho de carne a la parrilla. Descorchar un vinito y soñar con juntar las monedas para poder pagar los cien ejemplares de mi próxima novela. Ver al gallito salir del fondo de la tabla de posiciones. Terminar la casa. Hacer el documental del boxing con Seba y salir a buscar ése lugar en la tierra que me seduzca el corazón y me grite al oído: "eh, flaco...acá" "es aquí, y no en otra parte del mundo, en donde tus huesos se van a blanquear"" Dale, che. Vení, quedate."
Lejos de la pelotudez humana que lo único que aprendió es a olerle el culo al miedo. Alimentarse con sus heces y sus diarreas. 
A lo largo de mi existencia me ha tocado ser un afortunado, cuan, "frustrado" testigo del apocalipsis tantas veces anunciado y promocionado como si se tratara de un modelo nuevo de celular.
¿Por qué no se dejan de romper las bolas? ¡Manga de giles! Dejen de llenar espacios con noticias de muerte y destrucción. Apuesten a la vida, al canto, a la libertad, a los sueños, a la hermandad de los hombres, a cambiar el mundo...
A mis cincuenta y cinco años puedo permitirme ser cualquier cosa menos ser un iluso. Por supuesto que padezco de miedos variados, pero no los miedos inducidos, no los miedos profetizados, no los miedos  proclamados... 
Alguien, hace dos mil años dio la respuesta exacta al  responder los temores de uno de sus seguidores acerca del fin del mundo: Ése hombre, ése revolucionario simplemente le dijo: "No temas. Nadie sabe el día, ni siquiera el Hijo. Sólo el Padre..."
Y es en ésas palabras en donde elijo plantar bandera. Porque prefiero hablar de cambios y no de finales. Prefiero hablar de futuros y no de pasados. Prefiero hablar de crecimiento con sabiduría y no de postración  ignorante. 
El 11-11 del 11 es un día más. Un día ideal para  reunirse con amigos, festejar la vida y compartir vinos y sueños.
Salud y buena vida. Roque Paz

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