El protocolo de una novela negra da a entender que el asesino siempre regresa al lugar del crimen. En mi caso personal (asesino confeso de afectos) me he dado cuenta que así funciona.
He pasado más de treinta años de mi vida huyendo hasta de mi propia sombra, buscando sin saber qué, como una forma "cojuda" de no querer reconocer lo bueno de las cosas simples.
He pasado más de treinta años de mi vida huyendo hasta de mi propia sombra, buscando sin saber qué, como una forma "cojuda" de no querer reconocer lo bueno de las cosas simples.
Pero la vida me pasó las facturas impagas que me precipitaron al vacío interior de los desterrados. Y hoy, emergido de los infiernos, que he encontrado aquella maldita encrucijada donde perdí el rumbo de mi vida, que he recogido los colgajos de mi existencia desperdigada y pude acomodarlos en mi equipaje de ida; y rehecho el proyecto original de un hombre truncado de pura cobardía; vuelvo gustoso a recuperar ésos amores de los que nunca debí alejarme. El Pineral es uno de ellos. Necesito volver... me hace bien volver. Acodarme a la barra, intercambiar palabras, tomarme un vino y dedicarme a observar el paso del tiempo en los rostros viejos que me saludan como si nunca me hubiese ido.
PINERAL FOOTBALL CLUB
Pineral, truco y tinto
reunión de viejos amigos
mazo de cartas ajadas
y un ancho marcado de espadas
Pineral, vino lento en vasos sucios
paisanos, obreros, muchachos
que acompasando las horas
van consumiendo otro faso
Pineral, entrevero manso y risueño
de poetas sin estaño
recuerdo de viejos tiempos
más cálidos y añorados...
Pineral, caña, ginebra y fernet
Eco de bochas perdidas
y trofeos empolvados
que con arengas "celestes"
de la barra de purretes
los sábados por la noche
sueñan entrelazados
Pineral, tute, mus y picardía
más tinto, risa y cargadas
tango, humareda y ensueño
donde naufragan hombres enteros
de corazón generoso
para abrigarse al calor
de los que nunca se fueron...
Texto: Roque Paz
Poesía: Reo West
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