"Sepan que olvidar lo malo también es tener memoria"
José Hernández
Cuando me ofendieron los que a todos ofenden decidí abrirme paso con mi cuchillo de palabras.
Desterrado y sin suerte. Sin china y sin tapera anduve. Sucio y roto. El destino me mostró la fría cara de este mundo.
Ahí estaba mi madre para cuidarme. Esa madre de todos los tangos.Esa madre de infancia pobre y de tanto trabajo. Ahí estuvieron los viejos amigos que pisan el barro de los días acompañando mis silencios obligados y mis tragos más amargos.
Ahí apareció la belleza de mi condición que puede ver más allá de los años. Que puede ver más allá de los lujos y los bonitos rostros.
Que sabe masticar la pobreza como tabaco. Que sabe esperar el tiempo que vendrá. La rebelión de los humillados.
Entonces entendí que a esta vida la gano con los dientes apretados y una carcajada cuando ya no puedo más.
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