Revolución es hacer cada día de nuestro pequeño espacio, un lugar digno de habitar
"La Maldita Máquina de Matar" Pinchevsky/ Medina

martes, octubre 18, 2011

Novela "Una rosa para Junior" - (14) -


Disco “El Cielo”, Buenos Aires.

    Como venía aconteciendo desde su inauguración, la mega disco top de la frívola noche porteña se hallaba colmada. El lugar elegido por los personajes más extravagantes y destacados de la city y sus alrededores. Punto de reunión de políticos, empresarios, artistas, y cuanto sujeto, llegara precedido del aura imprescindible que le abriera las puertas del cielo: Abundosa cuenta bancaria, vida rumbosa y cierta fama (de la buena o de la mala daba igual); lo suficientemente onerosa como para ganarse el derecho de admisión.  Las siempre bien custodiadas puertas no se abrían para cualquiera a menos que éste viniera acompañado o, en su defecto, apadrinado por alguien de renombre. En segunda línea cotizaban bellas modelos en alza y lindos chicos de clase acomodada en busca de diversión y nuevas emociones en un derroche abusivo de dinero, champaña y horas. Entremezclados con los “más” pululaban, despreocupados y desbordados, los nuevos ricos hijos de…
         En ese mundo interior todo era ritmo, color y desenfado. Como si la única premisa importante fuera demostrar que se puede lucir siempre espléndido y divertido. Allí se amontonaba, transpiraba, emborrachaba y drogaba, el rostro más demoníaco de un país descuartizado. Mostrarse, llamar la atención, ocupar un espacio en las revistas o en algún programa de chimentos. El todo vale estaba más que justificado si podía apuntalarse con alguna fotografía o recorte periodístico bien montado.
         En un rincón apartado de una de las exclusivas barras reservada para “celebritis” y personajes destacados, Junior, dialogaba con un grupo de amigos. El boliche ubicado en costanera se había convertido en uno de los lugares más frecuentados por el joven. Era muy común encontrarlo cada noche en compañía de amigos y mujeres. El hijo del presidente nunca andaba solo, por el contrario, siempre llegaba acompañado y se retiraba de igual modo. Pese a su timidez provinciana le gustaba mostrarse, que lo vieran con las mejores mujeres, en los mejores lugares, y con la mejor gente. Los medios cómplices alimentaban su fama de playboy y soltero codiciado. No había sitio en donde no fuera asediado por la prensa. Tampoco eran pocas las veces en que la cosa desencadenaba escandaletes de poca monta. Aunque no siempre era así. A veces buscaba desembarazarse de todo aquel circo que lo asfixiaba. Entonces echaba mano a su cable a tierra y salía en busca del otro ruido, el ruido de los motores y la velocidad. Era por esos carriles  que discurría el tema que lo apartaba del mundo, semi oculto en un rincón de la discoteca.
          Quien seguía atentamente el hilo de la conversación era su amigo y coequiper, Víctor. Juntos desarrollaban conceptos acerca de la próxima prueba automovilística que los tendría como serios competidores en lo que sería el debut oficial del equipo que habían montado en sociedad.

          Se hallaban tan inmersos en la charla que prácticamente se habían olvidado de sus bellas acompañantes que, sintiéndose relegadas, observaban el contoneo de la masa que se sacudía al ritmo de la música tecno con cara de aburrimiento.  De vez en cuando eran sacados de tema por algún conocido que se acercaba a saludarlos. Ellos devolvían el saludo para volver a enfrascarse en lo suyo inmediatamente después.
-                   Ya llegaron los repuestos y los muchachos le están metiendo mano. En un par de días podremos contar con los autos. Yo creo que con las cajas inglesas peleamos los primeros puestos… era lo único que jodía… - le comentaba Junior a su compañero que lo miraba con visible entusiasmo por la noticia que acababa de recibir.
-                   ¿Vos estás tan seguro? Bien, de todos modos contamos con tiempo de sobra para poner los autos a puntos. Sigo creyendo que lo mejor sería viajar con todo el equipo a Rosario e instalarnos allá. La idea es aprovechar el circuito para probarlos a fondo. ¿Qué te parece?
-                   Me parece bárbaro. Total nosotros nos podemos movilizar en el helicóptero para ir ganando tiempo.


     

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