Por Alfredo Silletta
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La escritora Marguerite Yourcenar cuenta que durante décadas intentó escribir las Memorias de Adriano pero por diversas razones no podía concluir la obra. La iniciaba, la abandonaba, quemaba los originales pero siempre volvía porque una frase leída en la correspondencia de Flaubert la había impactado para siempre: “Cuando los dioses ya no existían y Cristo no había aparecido aún, hubo un momento único, desde Cicerón hasta Marco Aurelio, en que sólo estuvo el hombre”.
La frase me vino en mente al observar a los editorialistas de los multimedios hegemónicos –hoy consagrados como el partido opositor- a escribir una y otra vez sobre el kirchnerismo al observar que nada hay en la Argentina además del gobierno nacional.
Todos los días buscan un título para erosionar al Gobierno. Que las colas del SUBE, que la sequía, que quieren expropiar a las empresas petroleras, que no se puede importar nada, que el poder de Moreno, que vamos a una ruptura con Brasil, que Malvinas, que no se permitirán aumentos en las paritarias, etc. etc.
Los Mitre y los Magneto, luego del fracaso electoral de toda la oposición en las pasadas elecciones del 23 de octubre se han hecho cargo de enfrentar al Gobierno. Ellos, como en la carta de Flaubert, sienten el vacío de que nada existe en esta Argentina que crece año tras año. Entonces, ante la falta de una oposición seria buscan producir resquemores, enfrentamientos entre los sectores que componen el proyecto. Que Scioli, que Moyano, que Mariotto, que Boudou o La Cámpora.
La historia se repite desde que en este país Juan Domingo Perón le dio vida al movimiento nacional y popular más importante del siglo pasado. Durante una década el país vivió una transformación única, con crecimiento, pleno empleo, independencia económica y consagración de los derechos sociales.
Pasaron 20 años, con el exilio forzado de su líder, con proscripción, con fusilados, muertos y torturados pero el pueblo lo volvió a votar en 1973.
Luego un nuevo golpe de Estado arrasó todos los derechos económicos sociales y dejo 30.000 mil desaparecidos con un miedo profundo en la sociedad argentina. Pasaron 20 años de políticas neoliberales que estuvieron a punto de terminar los cimientos de la democracia: sin reservas en el Banco Central, con los ahorros incautados en los bancos, con una desocupación superior al 20 por ciento.
Y fue el peronismo y Néstor Kirchner quien comenzó de a poco a recuperar la dignidad de los argentinos y hoy nuestra presidenta anuncia que la desocupación, en un record histórico, llega solo al 6,7%.
La Presidenta es la única conductora de este movimiento y de allí para abajo todos los sectores tienen derecho a discutir sus ideas, con altura y sin hacerle el juego a las corporaciones. Perón en la obra de Solanas-Getino, recordaba a Mao Tse Tung, quien decía que “el que lucha contra un compañero es que se ha pasado al bando contrario”. Discutir, defender las ideas es bueno, lo malo es hacerle el juego a las corporaciones que todavía están vivas y coleando.
Néstor Kirchner siempre se emocionaba cuando los jóvenes militantes le cantaban “…compañero por todas tus conquistas, los días más felices siempre fueron peronistas….”.
Que la dirigencia del movimiento nacional no vuelva a cometer viejos errores y que las conquistas logradas, por Néstor primero y luego por Cristina, que la gente la defendió con su voto, sean defendidas y que los cruces, si es que los hay, entre la dirigencia sea dentro de los parámetros normales. A veces el vacío de una oposición puede llevar a cometer errores.
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