Revolución es hacer cada día de nuestro pequeño espacio, un lugar digno de habitar
"La Maldita Máquina de Matar" Pinchevsky/ Medina

sábado, octubre 19, 2013

CORAZÓN SUDACA

                                                                                                                                                    El término despectivo con que nos tildan aquellos que, por haber nacido en países auto denominados del primer mundo, por haber adquirido un status social, digamos más bien “desarrollado”, según el modelo consumista neoliberal que dictamina quienes sí y quienes no, ya sea por el color de su piel, creencia religiosa o lo que fuere; no me hace mella. Por el contrario, me fortalece, me cuantifica en el otro, me libera de la farsa y del sometimiento mercantilista que todo lo envilece. Para todos aquellos que se la pasan oliéndole el trasero a reyes, príncipes, magnates, artistas y deportistas, iluminados pensadores. Para aquellos que viven de las migajas o de la palmada despectiva de los poderosos. A todos ellos les digo que el modelo de bienestar que los países del primer mundo han alcanzado es una farsa, No hubo, no hay, ni habrá crisis económicas. Pobre de los ilusos que se dejan arrastrar a las profundidades sin siquiera cuestionarse quienes son los operadores que digitan los tiempos de las crisis y qué intereses defienden. Han pasado muchos siglos ya. Es tiempo de abrir los ojos, hermanarse con el otro, y pararse de manos. ¿Cuánto tiempo más debemos esperar para que los de arriba se dignen a mirarnos con buenos ojos? Se derrumban los países pero las siderales sumas que se mueven alrededor del fútbol, las ligas americanas de béisbol, básquet, Hollywood, la tv, etc., van a contrapelo del padecimiento del hombre común; apañados por los políticos, los jueces, la iglesia y las fuerzas represivas. Que alguien me diga, pues, si conoce a algún personaje encumbrado que haya sucumbido por culpa de una crisis. Que se haya deprendido de todas sus posesiones y salido a changuear de cualquier cosa…Ahí radica la mentira, el tándem del mal (dinero, poder, impunidad), pero lo triste es admitirlo, nos cuesta reconocer que somos nosotros, los de abajo, quienes garpamos con nuestro esfuerzo sus vicios, sus estéticas, sus viajes, sus fastuosas residencias y lujos, sus chongos y putas y es ahí en donde mi corazón sudaca late con más fuerza y se rebela. Y hace una marca imaginaria y les enrostra: “hasta aquí llegaron malcogidos” “Ni un paso atrás”. “De mis bolsillos no volverán a esquilmar una puta moneda más”…

 

Soy sudaca y qué, señores. Soy nacional y popular. No mendigo, exijo. Tengo identidad y conciencia social. Tengo muy bien identificado al enemigo y que no me vengan con espejitos de colores. Bulle mi sangre morena y bailo al ritmo de los tambores. Me cago en todos los poderosos de la tierra. Pobres los ciegos de espíritu que aún esperan que les caiga algo del cielo mientras que los malos siguen aniquilando países, culturas, etnias y todo aquello que aborrecen. Soy sudaca, hermanos. Me estoy yendo a plantar bandera en Puerto Iguazú para defender con mi sangre el acuífero guaraní. Es para eso que sirven las crisis monetarias para correr las fronteras y apoderarse de los recursos. Quienes aún conservamos viejos sueños de libertad tenemos la obligación de hacérselos saber como en aquel 17 de octubre histórico. He dicho.                                 


 

ROQUE PAZ.

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