En diciembre de 1938 el Servicio Secreto Británico presentó algunas observaciones con respecto al Fuhrer alemán muy certeras, en un momento en que el común de los diplomáticos y los políticos británicos se mantenían aún en la ilusión de que aquel era un hombre con quien se podría negociar.
"Entre sus rasgos característicos - defendía el informe del MI6 - se cuentan el fanatismo, el misticismo, la ausencia de piedad, la malicia, la vanidad, un humor entre la euforia y la depresión, ataques de rabia y resentimiento con ínfulas de superioridad moral, que no puede sino denominarse una vena de locura. También muestra gran tenacidad en la persecución de sus objetivos y salirse con la suya". A ojos de sus discípulos, y cada día más a los suyos propios, "el Fuhrer siempre tiene la razón".
Apabullante definición, ¿verdad? Cualquier similitud con el lunático amamantado con leche en polvo es pura casualidad...¿o no?...
Reo West, escritor.
Fuente: La Guerra Secreta. Espías, códigos y guerrillas 1939-1945. Max Hastings.
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