Fuentes: Rebelión
Se va afianzando la percepción de que la Covid-19 le ha dado una sacudida enorme al orden mundial existente, instaurado después de la implosión de la Union Soviética, en 1989. Y casi todas las instituciones internacionales han dependido de Estados Unidos, pero la pandemia ha visto que el liderazgo de Washington ha brillado por su ausencia y hasta cometió el serio desaguisado de enfrentarse a la OMS y no ha ayudado en ningún sentido a la comunidad internacional a combatir este flagelo, del cual es hoy el epicentro.
Por otra parte, la pandemia ha venido a demostrar la vulnerabilidad del ser humano y las sociedades que no han sido capaces de tener sistemas de salud adecuados. Urge meditar en ello y buscar soluciones claras y duraderas. Sin dudas que tambien habrá que estudiar las afectaciones psicológicas que ha traído este virus, debido al confinamiento y el distanciamiento social. ¿Sera el mañana igual que antes del coronavirus, en esos terrenos? ¿Y cómo será el impacto de todo esto en las relaciones familiares y en especial con los ancianos?
Nouriel Roubini [1] predice hoy que el actual desplome económico se convertirá en una contracción peor que la Gran Depresión de 1929. Una política monetaria ultra expansiva, monetizando enormes déficit fiscales, más la desglobalización económica y creciente proteccionismo, harán, eventualmente, inevitable el retorno de la inflación con economía estancada. Para evitar interrupciones en la cadena global de suministro, la industria dejará regiones de bajo costo, lo que acelerará la automatización, forzando los salarios a la baja. Esto avivará las flamas del populismo, la xenofobia y el nacionalismo, conduciendo a la balcanización geopolítica, a la ruptura de cadenas globales de producción y a la adopción de políticas de autosuficiencia, que ya se aprecian en alimentos, fármacos y equipos médicos.
Por otra parte el experto Michael Clarke [2] señala que: China está ascendiendo, al igual que el poder económico en Asia y el lejano Oriente. También crece el populismo en varias democracias occidentales. Dentro de la OTAN se están produciendo tensiones claras. El presidente de EE.UU., Donald Trump, cuestiona el valor de este organismo para Washington. Además, estilos autoritarios de gobernanza se están afianzando en Estados miembro como Turquía y Hungría. La historiadora Anne Applebaum también señala la corriente aislacionista en política exterior que está dominando el Partido Republicano en EE.UU. Clarke indica que el declive de Washington es más un síntoma que la causa del fin del orden mundial tras 1945. Sin embargo, opina que “Washington está actuando ahora como para precipitar el fin”.
El doctor Richard Haass [3], presidente del Council of Foreign Relations, uno de los centros de estudio más importantes de Estados Unidos, lo que se está acelerando es la Historia misma, con mayúscula.
Varios indicadores, antes de la pandemia, indicaban que el declive de Estados Unidos era evidente, entre ellos, el uso recurrente de la fuerza militar, o amenazas del uso de dicha fuerza o las constantes sanciones económicas, pero esta pandemia no solo ha acelerado ese proceso, al mostrar palmariamente que, esa potencia tiene debilidades intrínsecas muy fuertes, es decir, su incapacidad para proteger a su propio pueblo ante el coronavirus, su falta de estrategia interna para enfrentarlo y el uso de procedimientos pocos ortodoxos, para obtener recursos para combatirlo.
En ese contexto, escribía el profesor Esteban Morales, “China avanza en sus relaciones internacionales. Mostrando una clara actitud en defensa de una convivencia pacífica a nivel internacional. Presentándose ante los pueblos con una posición abierta, negociadora y de ayuda, para que la pandemia pueda ser superada a nivel internacional”.
Recientemente un grupo de personalidades acaban de hacer un llamado de promover la Internacional Progresista y entre ellos están: Noam Chomsky, Naomi Klein, Yanis Varoufakis, Fernando Haddad, la primera ministro de Islandia, Katrin Jakobsdottir, Álvaro García Linera, Celso Amorín, entre otros, instando a la defensa de la asistencia medica universal, a la democracia, la solidaridad, la igualdad, la protección de los derechos laborales, la cooperación internacional y la sostenibilidad.
Más de 300 personalidades de la cultura y de la ciencia, lideradas por la actriz Juliette Binoche y el astrofísico Aurelien Barrau, lanzaron un manifiesto por un cambio de sistema económico y social, que ya han firmado Pedro Almodóvar, Javier Bardem, Penélope Cruz, Cate Blanchett, Robert de Niro y Madonna. Contra una vuelta a la normalidad, así se titula el texto que hace un llamado a salir de la lógica insostenible que aún prevalece, para trabajar por fin en una refundación profunda de nuestros objetivos, valores y economías, para frenar el colapso global ambiental, que se redefinan los valores y se pase a la acción por dignidad, supervivencia y coherencia.
El año 2019 demostró claramente que el orden económico internacional enfrentaba incertidumbres y transformaciones que revelaban el agotamiento y las limitaciones del modelo neoliberal.
Todos esos recaderos del mañana, cuando todavía nadie puede decir cuando concluye el control de esta pandemia, obligan a que varias preguntas salten a la vista:
1. ¿Qué sucederá en Estados Unidos ante el desafío que implica dejar de ser la potencia hegemónica y ajustarse al nuevo orden de cosas? El choque con la dura realidad será enorme y las teorías sobre la excepcionalidad estarán en entredicho. Además creo, que aunque estamos en año electoral, es preciso meditar sobre las siguientes palabras del ex presidente Obama: «Contra lo que luchamos son estas tendencias de largo plazo en las cuales ser egoísta, ser tribal, ser divisivo y ver a los otros como enemigos se ha convertido en un fuerte impulso en la vida estadounidense” [4].
2. Europa tendrá que examinarse a sí misma y sacar lecciones de su falta de capacidad para gerenciar la crisis del coronavirus y sus consecuencias. ¿Cómo podrán organizar sus sociedades a la luz de las carencias y colapsos de los sistemas de salud y otros?
3. ¿Serán capaces las fuerzas políticas progresistas de asumir el desafío que les ha impuesto la coyuntura histórica y contribuir al nuevo orden mundial? Esas fuerzas no han logrado reponerse de la catástrofe de la caída de la Union Soviética.
4. ¿Cómo ayudar a África y América Latina a enfrentar las consecuencias de esta pandemia?
5. ¿Sacara el sistema internacional y sus instituciones las lecciones que se imponen ante la falta de liderazgo para enfrentar la pandemia? Será preciso que todas las naciones respeten a la OMS y no la traten de desprestigiar como ha hecho Estados Unidos.
6. ¿Se afianzará el papel de China en el plano internacional?
7. ¿Pasaremos de la época de la confrontación a la de la solidaridad y a enfrentar conjuntamente los problemas globales?
8. ¿Habrá un equilibrio racional entre la intimidad de las personas y los controles a través de las nuevas tecnologías?
9. ¿Qué solución se le dará al trabajo y a los millones de viejos y nuevos pobres que han surgido? La vulnerabilidad social es grande.
10. ¿Habrá conciencia de que este coronavirus y los próximos son la consecuencia lógica de la ruptura del equilibrio ecológico, provocado por las sociedades y los hombres que solo han creído en la realización de sus propios intereses?
11. ¿Cuál modelo cultural se impondrá? No olvidar como ha dicho el sociólogo Boaventura de Sousa que, en cuatro décadas hemos vivido en una cuarentena cultural e ideológica de un capitalismo encerrado en sí mismo.
Millones de seres humanos esperan hechos concretos y no bellas palabras o declaraciones.
Notas
1) Economista y profesor de la Universidad de Nueva York. Ha escrito un texto ([2010] Crisis Economics: A Crash Course in the Future of Finance. Presidente director general de la firma consultora de temas económicos, Roubini Macro Associates, LLC, en Nueva York y ha brindado conferencias al FMI
2) Profesor de la Universidad de Exeter, en Inglaterra.
3) Ex diplomático y autor de 14 libros, el último de los cuales es A World in Disarray: American Foreign Policy and the Crisis of the Old Order
4) Redacción BBC News Mundo 10 mayo 2020.
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