AGENCIA PACO URONDO conversó con el artista plástico Daniel Santoro
sobre arte, militancia, Evita y la cosmogonía en la estética peronista
expresada en su obra.
Por Inés Busquets | Foto cuadro:
Daniel Santoro, "Colonia de vacaciones en Mina Clavero", 2009, óleo
sobre tela, 140cm x 110cm.
Recorrer la obra de Santoro es
adentrarse en un lenguaje único. Como el apotegma emblemático del peronismo,
"la única verdad es la realidad", Santoro logra materializar el
espíritu de un pueblo en su realidad más concreta: una trama de referencias
complementarias y a la vez contradictorias. La creación del mito con la figura
de Eva y la construcción de una metáfora onírica en un marco de sentido real.
Hay un universo. Una doctrina. Un movimiento. Una construcción colectiva. Una cosmogonía que trasciende el tiempo. Un mundo peronista que Daniel Santoro representa con su mirada y expresa con su pincel. Una ideología que gracias a él también se convirtió en una obra de arte.
Hay un universo. Una doctrina. Un movimiento. Una construcción colectiva. Una cosmogonía que trasciende el tiempo. Un mundo peronista que Daniel Santoro representa con su mirada y expresa con su pincel. Una ideología que gracias a él también se convirtió en una obra de arte.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo fue tu
formación entre el arte y la militancia peronista?
Daniel Santoro: Empecé con el arte
desde muy chico. Hice la Escuela de Bellas Artes y junto con eso la militancia
también. Esas dos cosas se cruzaban permanentemente y se solapaban también.
Hasta que después del ´76 me refugié en la Escuela de Bellas Artes, fue más
sistemático el aprendizaje y me pude dedicar plenamente, ya cuando la
militancia pasó a un segundo plano. Por eso siempre van juntos mis dos
intereses.
APU: ¿Cómo se dio la construcción de
la estética peronista desde la identificación popular?
D.S.: Me centré en el tema ya de
grande. En los noventa con Menem tenía muchas conversaciones, yo siempre fui
anti menemista antes que nada y lo pensé siempre como una traición al
peronismo, una traición interna y esas conversaciones las teníamos en los bares
con muchos compañeros que se sentían defraudados con esa instancia. Ahí empecé
a elaborar el Manual
del niño peronista que es un manual de uno o
dos libros de apuntes con reflexiones gráficas sobre todo y eso es lo que me
impulsó a empezar a abordar el tema desde el punto de vista de la pintura, del
dibujo.
APU: Una resignificación del
peronismo…
D.S.: Exacto un poco buscando eso. Al
principio como una búsqueda arqueológica, mi primera muestra con el tema fue en
el 2000, casi 2001, estaba De La Rúa todavía y se llamaba Un mundo peronista.
Era como un descubrimiento, que había un mundo peronista, yo hacía de
arqueólogo y lo que habían ahí eran muebles, cerámicas, libros, y lo demás eran
mis pinturas. Fue una muestra que tuvo mucha repercusión y bueno ahí es donde
me explayé sobre todo en temas que estaban desde hacía cinco o seis años antes
en el Manual, que lo empecé a hacer en el ´96 más o menos y
eso que estaba en los manuales se amplió y se pudo exponer en esa primera
muestra, después sucedieron muchas otras.
APU: Si hablamos de una estética
peronista, ¿cuáles serían los elementos más importantes en tu obra?
D:S.: El problema de qué es el
peronismo es uno de los ejes, de la búsqueda conceptual, poner al peronismo
como un mundo, como una especie de apuesta a la humanidad, como una novedad
política que viene a poner una voz, dar una respuesta a los sufrimientos del
hombre. Eso sería, la cuestión de humanizar el capital es un hecho muy clave en
la propuesta del peronismo, la comunidad organizada es otra vía también. Son
parámetros más allá de las tres banderas que rigen la acción del peronismo, el
concepto mismo del peronismo.
APU: Como una identidad propia…
D.S.: No solo como una identidad
propia sino hacia el mundo, como una respuesta al neoliberalismo, como una
respuesta global, no solo a la Argentina. Yo creo que el peronismo es la
respuesta para el futuro de la humanidad, me parece que es así. Los sucesos de
Chile me dan la pauta de eso, los chilenos tienen esa angustia existencial,
esas protestas en Chile tienen que ver con la falta de peronismo. Buscan algo
que para nosotros se llama peronismo, cuando digo peronismo, digo cualquier
cosa que tenga como parámetro poner en el centro al hombre y no al capital. Eso
es la forma que encuentra el peronismo de expresarse y que acá se llama
peronismo pero creo que es una apuesta universal, eso que el humanismo
cristiano tiene también, por eso podemos decir que el Papa, de algún
modo, también es peronista, es peronista en este sentido, no quiere decir
que sea exactamente peronista.
APU: Cuando uno ve el universo
peronista ve en su armado una cosmovisión religiosa o espiritual…
D.S.: Me gusta pensarlo así, la
Trinidad como la tercera posición, las tres ramas del movimiento, el número
tres es un emblema que pasa por la Cábala, pasa por el Taoísmo, todas las
cosmogonías tienen la búsqueda del tres. Es el acuerdo entre el uno y el dos,
es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Son las posiciones que tiene, entre
el capitalismo y el comunismo estaría el peronismo, digamos, hay metáforas que
a veces sirven como motor, no quiere decir que tengan una verdad revelada en sí
misma, sino que son motores que incentivan incluso la búsqueda de una
mitología, construir una mitología es también uno de los aspectos de mi obra
que yo valoro.
APU: En este esquema ¿cómo definirías
la figura de Evita?
D.S.: Es muy polisémica la figura de
Eva Perón, a través de sus íconos ella se revela con una riqueza icónica muy
fuerte, mucho más que incluso la de Perón, el ícono de Eva es trascendental, tal
vez el único que se le puede comparar es el ícono del Che Guevara, trasciende a
su propia ideología, a sus propias convicciones políticas, se convierte en algo
de uso universal porque es un emblema que trasciende lo político y se convierte
en una forma de vida, de héroes sociales, de héroes que por el sacrificio, por
la capacidad de inmolarse en un cuerpo joven, todas condiciones que hacen a que
se vuelvan invulnerables desde el punto de vista mítico. Eva tiene esa
capacidad que solamente el Che Guevara logró en el siglo XX, ellos dos lograron
esa posición, los demás han envejecido han quedado fuera de uso, pensemos en
Mao, han quedado parcializados, en cambio ellos se universalizaron. Todo lo
contrario, siguen creciendo incluso, se pueden reformular continuamente. Eva
tiene esa capacidad, incluso las distintas lecturas desde el hada buena,
la benefactora, la madre cuidadosa, hasta la diosa destructora, como si fuera
Kali capaz de amenazar con desmontar una ciudad, con hacer con las cenizas de
los traidores cosas, cosas terribles, cosas crueles. Puede ser una mujer cruel
o la mujer más adorable. Esa es la polisemia del ícono, esa capacidad tan
extendida que es muy difícil de encontrar en otro lado. Eso tiene mucho que ver
con la mitología universal, La mujer del látigo en su momento y el hada buena al mismo
tiempo. Desde distintos ángulos el anti peronismo tiene también un trauma con
Eva Perón y eso enriquece al ícono, lejos de dañarlo. Al contrario no hay nada
que pueda dañar un ícono mitológico, es invulnerable, no se puede hacer nada
por destruirlo entonces se crece, cuando intentan vulnerarlo le dan otra faceta
más, crece más todavía, es como un diamante que se le lustra otra fase
más entonces da más brillo, eso es la posición de Eva Perón, que en la política
es raro. En ninguna otra invención política en el mundo se ha generado eso, un
ícono que se sale de la política y de pronto invade en lo social.
APU: Quería que los niños tuvieran
las mismas posibilidades…
D.S.: Ella hablaba de reponer la
justicia, no de caridad, no es simplemente justicia sino reponer la justicia al
que le faltó todo debía tenerlo todo y tenerlo todo significa tener todo lo que
tuvieron los chicos más ricos, de esa manera emparejaba ella, creía
realmente en la meritocracia en el sentido de que vas a tener tus méritos
porque saliste del mismo lugar de donde salieron todos, entonces eso si ahí
está librado cada uno a su capacidad, pero el punto de partida es igual para
todos es una especie de democratización increíble, intolerable desde el punto
de vista del capitalismo como lo conocemos, por eso es tan traumática la acción
de Eva Perón. Ella nunca creyó en la necesidad solamente sino que creyó en los
deseos. Ella quería cubrir los deseos, por eso el roble de Eslavonia, las
cortinas de voile suizo, la ropa de Gath y Chaves. La envidia es el otro
elemento central que toma, la envidia es uno de los dramas sociales que
desencadena la injusticia social, entonces cuando los ricos hablaban y todavía
hoy lo dicen: los negros resentidos, cuando hablan de ese resentimiento lo
dicen como un emblema que ellos llevan como una especie de logro, que han
logrado que esos negros terminen siendo resentidos porque han envidiado desde
chicos, entonces la envidia produce el resentimiento que hace un daño en el
alma de la gente. Entonces lo que ella quería es que esos chicos no tengan que
envidiar, para que no se les arruine el alma y terminen siendo resentidos; es
genial la propuesta de ella, que no van a envidiar porque van a tener
todo lo que tuvieron los niños ricos. Es un gesto tan revolucionario, tan
increíble, tan de ella. Una creación absoluta el concepto de incorporar la
envidia a lo político, politizar la envidia es una creación de ella que no le
van a perdonar nunca. Cuando escriben viva el cáncer le están dando la
respuesta más horrible a esto que hizo.
APU: Hoy cuando rige la moda del odio
y la grieta se profundiza: ¿remite a ese momento?
D.S.: Claro, sin dudas ese odio que
tienen que ver con todos los traumas, todo ese fantasma que genera la acción
del peronismo. Desencadena un odio que permanece en el tiempo, los odios
se estabilizan y son siempre los mismos, se dicen las mismas cosas en contra
del peronismo y aparecen cada vez que hay una acción del peronismo. Primero el
fantasma que se pone por delante, que impide ver la realidad, nadie ve la
realidad del peronismo sino ven los fantasmas. Por delante tienen como una
pantalla donde se proyectan los fantasmas y no se ve lo que hay detrás, eso es
una cosa de lo que nos tenemos que cuidar los peronistas porque agitamos eso
fantasmas y después no entendemos por qué se desencadena tanto odio, también
hay que hacerse cargo del odio que desencadenamos porque a veces la acción es
agitar fantasmas, entonces hay que tener un poco de cuidado, por ahí algunas
veces.
APU: ¿Cómo creés que va a circular el
arte después de la pandemia?
D.S.: Yo creo que la obra hay que
verla, la presencia física es fundamental, o sea que tarde o temprano va
a volver el circuito artístico a funcionar así, es como el teatro, el teatro
por las redes no existe, tienen intenciones, pero es una emergencia, después
hay que ir al teatro y con las artes plásticas pasa lo mismo, las instalaciones
hay que vivenciarlas, osea que no hay más remedio que volver al esquema. Creo
que se va a volver, habrá que esperar. No creo mucho en estas emergencias así,
no son la solución. Las redes no reemplazan la experiencia de estar ante la
obra, esa es la verdad.
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