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"La Maldita Máquina de Matar" Pinchevsky/ Medina

domingo, agosto 02, 2020

ALEMANIA – NEONAZIS.

Un espeso caldo negro se cuece dentro de la Bundeswehr

El 26 de mayo de 2020 el Militärischer Abschirmdienst (MAD), servicio secreto de las FF.AA. de Alemania (Bundeswehr), informó que investigaba a 550 militares por sus tendencias de extrema derecha, 208 de los cuales eran oficiales con mando de tropa (1) y sugirió separar a los que se comprobara que eran extremistas desleales «a la Ley Fundamental de Alemania».  La mayor abundancia de ultraderechistas se encontró en las filas del KSK (Kommando Spezialkräfte, cuerpo de comandos de elite del Ejército, ver emblema de presentación). Sin embargo, el MAD descartó que se estuviera formando «un ejército en la sombra» que planeara apartarse de los mandatos democráticos. Existen, sin embargo, variadas pruebas en sentido contrario.

Huellas del pasado

Al ser creado en 1955, el nuevo ejercito alemán se trato de imbuir en él un fuerte cambio doctrinario, alejado del espíritu que había llevado a la catástrofe del nazismo ocurrida entre 1933-1945. Se creó un sistema de mando llamado Innere Führung (mando interno) basado en la concepción de que cada soldado y/o oficial de las FFAA era ante todo «un ciudadano uniformado» con todos los derechos y deberes que contempla la Ley Fundamental de Alemania. El nuevo sistema tenía un talón de Aquiles: no existía en toda la historia militar alemana tradición alguna en que basarlo. Y así fue como se lo aplicó en cuarteles que aun hoy llevan el nombre de oficiales de la Wehrmacht nazi. Las nueva fuerzas armadas intentaron siempre diferenciar el accionar de las FFAA durante el nazismo de la actividad de las SS en los países ocupados, cargando sobre las SS la responsabilidad del Holocausto. Lo cierto es que en la Europa Oriental y en la ex Union Soviética el ejército alemán realizó una guerra de exterminio, convirtièndose sus manos en «verdugos voluntarios de Hitler» tal como los caracterizó Daniel Goldhagen en el libro homónimo.

Las nuevas FFAA fueron puestas bajo el mando de la OTAN y cumplían un rol esencialmente defensivo en la primera linea de choque con las fuerzas del Pacto de Varsovia. Tras la reunificación en 1990 cambió drásticamente la doctrina. Las FFAA se convirtieron en un instrumento político-militar mas allá de las fronteras de la OTAN, y es así como la nación reunificada intervino en la guerra de Kosovo, envió tropas (supuestamente no combatientes) a Afganistán, y hoy esta presente en Mali y en costas de Somalia y Libia.

Para cumplir con estas misiones, el ejercito alemán creó en 1996 el KSK. Su cuartel se encuentra en el sudoeste de Alemania, en la localidad de Calw, a unos 45 km. de Stuttgart. Cuenta hoy con unos 1.400 miembros y a diferencia de otros cuerpos militares carece de combatientes mujeres. Entre las tareas especificas de estos comandos se encuentran la evacuación de ciudadanos alemanes de zonas de conflicto; la liberación de rehenes; las operaciones tras las líneas enemigas y la formación de cuerpos de comandos similares en ejércitos amigos.

Las actuaciones del KSK son secretas, lo que impide todo tipo de control publico o parlamentario. A pesar de ello trascendieron desde su creación incidentes de trasfondo neonazi: 1) Durante una misión en Afganistán unos blindados del KSK fueron decorados con la simbología de la Wehrmacht, reemplazando solamente la cruz gamada del nazismo, por el emblema del actual ejercito alemán; 2) En una visita a Túnez, los miembros del KSK dejaron por escrito su admiración por el Afrika Korps del nazismo durante una visita a un sitio recordatorio de la 2ª Guerra Mundial; 3) En 2003 fue despedido el comandante del KSK Reinhard Günzel, por elogiar publicamente un discurso antisemita del diputado democratacristiano Martin Hohmann. Tras su alejamiento de las FFAA, Günzel se ha convertido en referente habitual de círculos ultraconservadores y neofascistas, criticando los proyectos del Estado alemán para erradicar las tradiciones nacionalsocialistas del seno de las FFAA. Tambíén la TV pública alemana mostró en 2017 una fiesta de soldados del KSK, donde sonaban los acordes de grupos de heavy metal ultraderechista y los soldados elevaban sus brazos derechos, haciendo el saludo nazi. Hasta entonces, todos estos incidentes habían sido clasificados por las autoridades como excesos o actitudes individuales, que no afectaban directamente a la fuerza.

Réprobo: General Reinhard Günzel

El caso del teniente Albrecht

La opinión pública alemana recién tuvo conocimiento de estos incidentes con la detención en 2017 del teniente Franco Albrecht. Éste ya  había mostrado sus simpatías neonazis al presentar un trabajo centrado en el «autogenocidio» y el «deterioro de la cultura» en su tesis de promoción como oficial de estado mayor. Durante una visita privada a Viena el 21 de enero de aquel año, Albrecht adujo haber encontrado una pistola cargada en un parque. Al tener que viajar al otro día en avión de regreso a casa, escondió la pistola en un baño para minusválidos del aeropuerto Wien-Schwechat y voló a Zürich. Antes, tomó una fotografía y la envió por whatsapp a un grupo de chat.  La pistola fue encontrada por personal de limpieza del aeropuerto. El 3 de febrero, Albrecht regresó a Viena e intentó recuperar el arma que había esondido, acto en el que fue detenido por la policía austríaca. Al cotejar sus huellas digitales con un banco de datos europeo, se comprobó que la misma persona había presentado una solicitud de asilo político bajo el nombre de David Benjamin, el 29 de diciembre de 2015 en Offenbach, Alemania, aduciendo ser un refugiado político sirio. Durante los siguientes 12 meses Albrecht/Benjamin había percibido las ayudas económicas que el estado alemán ofrece a los refugiados políticos. Estos hechos son primero investigados por la fiscalía de Frankfort y seguidamente por la Fiscalia federa, y en abril del 2017 Albrecht fue detenido y acusado de usar su falsa identidad de refugiado para realizar atentados terroristas y pretender que los refugiados sirios fueran acusados por los mismos.

Disfrazado: Albrecht como refugiado sirio pone-bombas y con su uniforme de calle.

Paralelamente a la detención de Albrecht se realizan 16 allanamientos en Alemania, Austria y Francia. A Albrecht se le incautaron varias armas, explosivos, manuales de lucha clandestina, parafernalia nazi y, lo más sorprendente, una lista de personalidades que debían ser detenidas o eliminadas el Dia X. Entre la documentacíón requisada, se encontraron varias referencias a Uniter, supuestamente una asociación sin fines de lucro, dedicada a apoyar a soldados que se retiran de las FF.AA alemanas. Esta asociación fue fundada por un ex-miembro del KSK.

Franco Albrecht era un asiduo participante de grupos de chat que eran en un principio ámbitos de diálogo de los «Prepper» (2), utilizados por miembros activos y retirados de las FFAA y FFSS alemanas, y también por profesionales autónomos, empleados del estado, etc.

Uniter también fue utilizado como plataforma de creación de empresas privadas de seguridad. En Calw, asiento del KSK, ex integrantes de ese cuerpo comando formaron la firma OPCON, especializada en asesoramiento, formacíon y entrenamiento de fuerzas de seguridad (siguiendo el ejemplo de Blackwater de los EEUU).

El 28 de agosto de 2017 se realizaron una serie de allanamientos de los domicilios de participantes de un grupo de chat de reservistas de las FFAA alemanas en el estado de Mecklenburg-Vorpommern. Se requisaron armas de guerra y nuevamente se encontraron listas de personalidades a ser capturadas/eliminadas el Día X. Estos grupos partían de la idea de que llegara ese dia en el cual por un caso de conmoción interna del estado (producida, por ejemplo, por una ola de refugiados, una catástrofe natural o inducida por un salvaje atentado terrorista) en el que podrían dar un golpe de estado y tomar el poder.

Las personas detenidas y/o acusadas a partir de aquellos allanamientos no superaron el centenar, todas directa o indirectamente relacionadas a través de grupos de chat. Hasta ahora el gobierno federal alemán se ha obcecado en negar el carácter de red de estos grupos. Pero un grupo de investigación no gubernamental (Informationsstelle Militarisierung e.V, Tübingen) publicó en 2019 un detallado análisis de estos grupos de extrema derecha y enumeró las siguientes tesis sobre la falta de reacción del Estado alemán:

a) La extendida presencia en el aparato del Estado de personas de tendencias de extrema derecha, especialmente en los ámbitos tradicionalmente conservadores y/o autoritarios como las FF.SS y FF.AA. Mientras estas personas no hagan declaraciones publicas o se confabulen contra el Estado, son toleradas por las autoridades. Se obvia que desde la ola migratoria de refugiados del 2015, estos grupos de extrema derecha se han radicalizado y han tomado estado publico (manifestaciones semanales de PEGIDA (Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente) en Dresde, éxitos electorales de la AFD (Alternativa para Alemania) a nivel provincial y nacional). Las mas altas autoridades del Estado se niegan a reconocer la infiltración de sus propias estructuras y solo admiten lo que descubren la prensa independiente o las ONGs progresistas.

Los simpatizantes neonazis suelen adquirir remeras como esta.

b) La teoría de frasco de miel: Según esta teoría organizaciones como Uniter son toleradas por los órganos de defensa de la Constitución (Verfassungschutz) para que atraigan como la miel a los insectos a diferentes individuos y grupos de extrema derecha y facilitan de esa manera su observación y control. Esta teoría implica grandes riesgos, ya que un ensayo similar fracasó estrepitosamente: El grupo NSU (Nationalsozialistischer Untegrund – Clandestinidad Nacionalsocialista) (3) realizó entre 1998 y 2011 una serie de robos y diez asesinatos (9 extranjeros y una alemana oficial de policía). Supuestamente integrado por solo 3 personas, fue durante años observado por la Oficina Provincial de Defensa de la Constitución de Thüringen, que sin embargo no detectó las extendidas actividades criminales del grupo.

c) La tercera teoría es que los servicios secretos alemanes estarían alentado la formación de grupos paramilitares, siguiendo el ejemplo de la Doctrina «Stay Behind» de la Guerra Fría.  Esa doctrina partía de considerar que las fuerzas del Pacto de Varsovia invadirían y conquistarían rápidamente una gran parte del territorio de Alemania. La OTAN había formado un serie de grupos paramilitares para actuar detrás de las lineas enemigas y así facilitar la reconquista del territorio. Dichos grupos existieron tanto en Alemania como en la Italia de la posguerra (red Gladio) y supuestamente fueron disueltos tras el colapso del bloque soviético en 1990.

Faltantes

En mayo del 2020 fue detenido en Sachsen un sargento mayor del KSK. Este sargento, que era observado por el MAD, ocultaba en su domicilio todo un arsenal: granadas, municiones y un fusil de asalto AK 47. Su detención llevó a que el jefe del KSK, general de brigada Marcus Kreitmayr se dirigiera por escrito a los integrantes del cuerpo de elite. En el escrito a la tropa, Kreitmayr indica que el KSK esta atravesando el momento mas critico de su historia. Achaca esta crisis a miembros de este cuerpo con tendencias de extrema derecha y enfatiza que estos elementos no merecen la camaradería del resto del cuerpo y deben dejar las filas del mismo.En junio del 2020 un capitán del cuerpo KSK se dirigió por escrito a la ministra de defensa. En su escrito el oficial describe que dentro del cuerpo son muy claras las influencias neonazis de muchos de sus integrantes, pero que tradicionalmente son ignoradas o no transmitidas a la superioridad. Los oficiales encargados de la formación de la tropa toman como ejemplo de su accionar a las «Waffen SS» (cuerpo militar de las SS). La ministra Annegret Kramp-Karrenbauer anunció poco después una serie de reformas e investigaciones a realizar dentro del cuerpo de comandos. Se ordeno disolver la segunda compañía del KSK; se transfirió la formación de los nuevos soldados al cuerpo de Infantería del Ejército y se ordenó investigar la falta de 62 kilos de explosivos y 85 mil balas de diferente calibre.

El pasado 9 de julio, la Oficina Federal de Defensa de la Constitución publicó su informe anual (sobre el año 2019) sobre el extremismo en Alemania. El informe consigna que hay  mas de 30.000 personas clasificadas como extremistas de derecha, de las cuales mas de un tercio, 13.000, estarían dispuestas a emprender acciones violentas contra el orden constitucional. Las estructuras antes descriptas y este potencial de activistas violentos, son el mayor desafío a la democracia alemana desde la Segunda Guerra Mundial. En el debate público al respecto han aflorado conceptos e ideas del nazismo, que décadas atrás no eran aceptados. Los padres de la Ley Fundamental de Alemania en 1949 se comprometieron a edificar una «democracia con capacidad de defensa  propia (wehrhafte Demokratie)». Parece llegada la hora de probar su solidez.

Notas

1) Welt am Sonntag, 26.05.20

2) Supervivencialismo ver  https://es.wikipedia.org/wiki/Supervivencialismo

3) https://es.wikipedia.org/wiki/Clandestinidad_Nacionalsocialista

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