En Bondi a Miami ida y vuelta.

Por supuesto que me hace ruido. Porque creí (iluso de mí) que habíamos aprendido la lección. Son otros tiempos, otras utopías, otras políticas implementadas en pos de rescatar del olvido y la desidia cuestiones más caras a nuestro sentir nacional y popular. Aunque pareciera ser que para muchos no es tan así. Al menos para aquellos a los que les fue, les va o les comienza a ir bien, gobierne quien gobierne y digite quien digite, sobre quiénes y cuántos serán los favorecidos por el modelo económico de turno. Sin embargo lo que, a mi humilde entender, debería pasar desapercibido, ante la mayoría de los que no fuimos tan afortunados a la hora del reparto, sucede a diario y con total descaro ante la vista de todos. La ostentación, el "enrostre" y la frivolidad exceden superlativamente ciertos parámetros de prudencia que golpean bajo y lastiman entre las personas comunes que recién ahora comienzan a salir de la larga noche de desesperanza en la que nos sumergieron.

No son ni el blackberry ni los Rayban, Tampoco el sushi, el audi, las cirugías o el departamento en Puerto Madero, por citar los ejemplos más recurrentes con que nos tienen acostumbrados mediáticos y famosos. O los "raspaollas" que se alimentan con las sobras de los otros.

Ahora la nueva modalidad de los "tops" son las escapadas, cada vez más frecuentes, al exterior. Los tipos se suben a un avión con la misma naturalidad que un laburante toma el bondi que lo acerca al trabajo. Graban los programas, aprovechan los feriados, se ausentan con la excusa de realizar cierto tipo de "tratamientos" en el exterior que en el país no son posibles, comprar vestuario, ver obras teatrales, etc., etc., etc,,,

Así vemos como, artistas, periodistas, locutores, figuritas y figuretis, y otros cachivaches realizan escapaditas a Miami, New York o Europa, para después contar en los medios qué bien la pasaron, cuánto disfrutaron, todo lo que compraron en los shopins, con quienes se frecuentaron en reuniones y festicholas... en fin chamuyo barato de gente berreta con ínfulas de celebriti.

Es lamentable que esto vuelva a ocurrir impunemente delante de nuestras narices. Algo que ya vivimos durante el "menemato" y todavía no aprendimos. Pero más lamentable es ver a los mismos "actores" con sus mismos "vicios y despilfarro",  deshacerse en loas al país o dictando clases de moralina democrática delante de una cámara o un micrófono. O quejándose si no tienen trabajo; cuando bien sabemos, porque los conocemos,  que se cagan en la Argentina y en los argentinos cada vez que eligen alejarse a respirar  aires "albiones" que los hagan sentirse ciudadanos del primer mundo altos, rubios y de ojos celestes. Lejos, bien lejos de la "negrada" que tanto detestan. Tal vez como una forma de diferenciación clasista que se resume en alejarse, o una rotunda negación de sus propios orígenes, ya que les cuesta aceptar la realidad de ser como ésos mismos negros que les garpan el pasaje, pero con diferente escenografía de fondo.