Revolución es hacer cada día de nuestro pequeño espacio, un lugar digno de habitar
"La Maldita Máquina de Matar" Pinchevsky/ Medina

viernes, noviembre 18, 2011

Novela "Una rosa para Junior" - (23) -


     Víctor se apeó del automóvil y se encaminó directamente a boxes en donde le aguardaban su coequiper y el resto de los mecánicos. Evidenciaba satisfacción por los resultados alcanzados en los ensayos. Como era de esperar, la elección de las cajas de fabricación inglesa y algunas modificaciones a último momento, eran por demás alentadoras. Con una sonrisa de conformidad se estrechó en un fuerte abrazo con el amigo. Ya podían esperar confiados en el debut oficial del team.
     Rosario era la meta para la aventura fierrera. De los dos pilotos, era Víctor el más experimentado. Varios campeonatos obtenidos en distintas categorías avalaban su exitosa trayectoria en el mundo automovilístico. Se habían conocido años atrás en la costa atlántica. El amor por el deporte motor obró de catalítico para estrechar vínculos. De esa manera fueron compartiendo gustos en lo concerniente a motos, aviones, autos y música. De esa manera todo derivó en la dupla que los unió en las pistas y fuera de ellas.   
    Ahora, alistados los motores de los Ford, concretaban el sueño máximo de competir con sus propios autos en el TC 2000; dando rienda suelta a la alegría que les confería el inmejorable rendimiento de las máquinas.
     De ahí en adelante las pruebas finales las realizarían en el circuito rosarino. Según lo conversado, habían llegado a la conclusión de que lo mejor sería viajar con todo el equipo para ir adaptándose a las características de la pista. La idea era sacarles el mejor rendimiento a los autos, contando con tiempo suficiente como para subsanar cualquier eventualidad in situ.
-         Bueno, largamos. – le dijo a su compañero mientras se despojaba de su casco.- Continuaremos en Rosario. Avisale a los muchachos que preparen todo, salimos el miércoles a la mañana. Con lo hecho hasta acá, más algo que avancemos allá, largamos en las primeras filas.
-         El mío volvió a sacudirse un poco en las curvas. Los chicos podrán trabajar con tranquilidad cuando lleguen. Te dije que con estas cajas íbamos a subsanar los problemitas que nos tenían a maltraer. Te juro que no veo la hora de correr… - dijo junior alcanzándole una toalla para que se secara la transpiración.
-         La verdad te digo, hacía rato que no te veía tan enchufado. Si me dejo llevar por el rendimiento de hoy te diría lo mismo, pero no me gusta adelantarme a los acontecimientos. Falta mucho para la carrera y puede suceder cualquier cosa. Por otra parte están los equipos oficiales y otros fuertes y con más experiencia que la nuestra. Esta categoría es así, a todo o nada. A cara ‘e perro.
-         ¿Y cuál es? Si los autos aguantan nos cuentan entre los tres primeros, te lo firmo ahora mismo. – recalcó el muchacho que ahora cooperaba con los otros miembros del equipo en la limpieza de las herramientas.- Mirá si me tendré fe que ni salgo… Apenas una vueltita hasta las doce o la una a más tardar y después me encucho.
-         ¿Solo? – bromeó Víctor que conocía las debilidades de su amigo. No te creo.
-         Creélo, que gano con mentirte. Entre un fierro y un tajo me quedo mil veces con el primero. Soy un profesional que quiere llegar lejos. Es lo que más ambiciono desde que tengo uso de razón.
-         No te creo. – volvió a reiterarle su amigo.- ¿Y lo que me contaste de la pelirroja?¿ Acaso no la llamás todos los días?
-         Eso es otra cosa. No mezclemos los tantos… Es algo personal. Sabés cómo me pongo cuando quiero algo y me cuesta conseguirlo. Bueno, con esta mina pasa algo así. No me da bola. Pero no me rindo, la tengo ahí. Ya va a caer.
-         Si vos lo decís. Cuando se te mete algo en la cabeza no te lo saca nadie…
-         En eso salgo al viejo… fijate a dónde llegó.

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