¿Será justicia?

Santiago del Estero: detuvieron al supuesto asesino del campesino.

El empresario rural José ciccioli, el presunto instigador, continúa prófugo.

Javier Juárez fue reconocido por los testigos como el autor material del violento crimen del joven Cristian Ferreyra.

La policía provincial de Santiago del Estero detuvo ayer por la noche a Javier Juárez, señalado por los testigos como el asesino del joven campesino Cristian Ferreyra. Más temprano, habían detenido a otros tres integrantes de la banda que atacó a las familias del paraje San Antonio. Todavía se busca al empresario Jorge Ciccioli, a quien se acusa de haber ordenado el crimen en medio de la histórica disputa por la tierra en la provincia. En tanto, organizaciones políticas y sociales se manifestaron ayer en Buenos Aires, Santiago, Córdoba y Mendoza por el esclarecimiento del crimen.

Francisco Javier Juárez fue trasladado a las 19:40 de ayer con una fuerte custodia policial a la Seccional 2ª de la policía para que lo sometan a un examen sanitario. Más tarde fue trasladado a la Alcaidía de Tribunales, donde quedó alojado. 

Después del asesinato del joven militante del Movimiento Campesino de Santiago del Estero Vía Campesina (MOCASE-VC), sus compañeros concurrieron el jueves por la noche a la sede policial de la ciudad de Monte Quemado, y exigieron a la fuerza que buscara a los hermanos Juárez y al resto de la banda que baleó y golpeó a las familias el miércoles por la tarde. Además, ayer por la mañana, miembros del MOCASE realizaron un escrache en la misma comisaría y ante el juzgado que lleva la causa. Recién ayer por la tarde el juez Alejandro Sarria Fringes libró orden de detención para Francisco Javier Juárez, señalado como el autor de los disparos, y el resto de la banda Carlos y Mario Abregú, Hugo Juárez, Walter Juárez y el empresario terrateniente Ciccioli. Ayer al mediodía la policía detuvo a Carlos Abregú, Mario Abregú y Walter Juárez y a la noche hallaron a Javier Juárez. Sin embargo, Ciccioli sigue prófugo. 

El crimen ocurrió cuando las comunidades de base de la Central Campesina Copo-Alberdi se iban a reunir en la casa de César Godoy, en el paraje San Antonio, cerca de la ciudad de Monte Quemado, para analizar la presentación de una denuncia contra Ciccioli a quien acusan de no cumplir la prohibición de desmontar para sembrar soja. A las 3 de la tarde, una banda armada llegó al rancho y cuando los campesinos salieron a la puerta les dispararon a quemarropa. Así murió Cristian, de 23 años, papá de un nene de un año y medio, y fue herido en una pierna Godoy, de 32 años. “Perdió mucha sangre y ahora se encuentra recuperándose tras el escopetazo”, relató a Tiempo Argentino el abogado Antenor Ferreyra, quien a su vez denunció que Beatriz Juárez, esposa de Cristian y a su vez la sobrina de Javier Juárez (ver aparte), señalado como el asesino, no está recibiendo contención por parte de ningún organismo oficial. “César, herido de bala, tiene dos hijos de cinco y tres años que también han presenciado el hecho de violencia y están en estado shock porque creyeron que el padre estaba muerto y tampoco tienen asistencia”, aseguró el abogado. 

Asimismo, los integrantes del MOCASE se quejaron porque la policía y algunos medios “quisieron hacer pasar el crimen de Cristian por un episodio de riña cuando en realidad se produjo por la disputa por la tierra”. En tanto, organizaciones sociales y políticas marcharon ayer por Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Santiago del Estero. La marcha porteña salió del Obelisco y se dirigió hacia la casa provincial de Santiago y participaron representantes del MOCASE y la CTA, el Partido Obrero y el Frente Popular Darío Santillán. En Santiago del Estero, MOCASE encabezó la marcha junto a otras organizaciones hacia la Casa de Gobierno provincial donde exigió “la detención de los autores materiales e intelectuales del asesinato” y a su vez denunciaron “la complicidad del gobierno provincial y el Poder Judicial en el avance de los empresarios en los territorios campesinos indígenas”.

Publicado el 19 de Noviembre de 2011, Por Gimena Fuertes. Fuente: País.