Revolución es hacer cada día de nuestro pequeño espacio, un lugar digno de habitar
"La Maldita Máquina de Matar" Pinchevsky/ Medina

martes, diciembre 27, 2011

Pintando libertades


Los presos de Devoto salieron a la calle para pintar los muros del penal





Fue en el marco del programa Mil Murales, de la Jefatura de Gabinete de la Nación, con la participación de docentes de la agrupación Vatayón Militante. Dicen que contribuye a la futura convivencia de los internos con la sociedad.

El penal de Devoto se llenó de colores. Los internos de la Unidad 2 del Servicio Penitenciario Federal (SPF) que participaron de los talleres de muralismo dictados por la agrupación Vatayón Militante salieron a las calles para cambiarle la cara a la prisión. Se trató de la primera etapa del proyecto Mil Murales, impulsado por la Escuela Nacional de Gobierno, de la Jefatura de Gabinete de la Nación, y el acto sirvió, además, para lanzar el Taller de Dirigentes Barriales para personas privadas de la libertad.
Diana Pinasco, de Vatayón Militante, contó a Tiempo Argentino que la iniciativa comenzó a principios de diciembre con la propuesta al director nacional del SPF, Víctor Hortel. “Es una persona que siempre sube la apuesta”, reveló Pinasco. “Al charlarlo con Víctor nos enteramos que la escuela de gobierno tiene el proyecto Mil Murales. Entonces decidimos juntar todo y empezamos con el taller en Devoto para intervenir el patio de visitas.” La mujer de 62 años contó que “trabajando con los internos surgió subir la apuesta y formar a diez de ellos para que sean profesores y sigan haciendo talleres en el penal”.
Los nueve internos que trabajaron en los muros de la calle Bermúdez fueron coordinados por el profesor de plástica y escultor Julio Etcheverri. Los motivos fueron discutidos entre los coordinadores y los internos. Finalmente, decidieron plasmar un tema central que es una figura que representa a la patria rompiendo las cadenas y un motivo del mapa de Sudamérica hecho con uvas para conmemorar la declaración del vino como bebida nacional y la unión de los pueblos continentales. Además, quedaron grabadas las sombras de tres internos, que inmortalizó el trabajo realizado.
“Hay una batalla cultural para dar y esto forma parte”, opinó Pinasco. “Nosotros no creemos en el afuera y el adentro y sí creemos que hay una deuda social para pagar y que intentamos pagar con este proyecto. La idea es construir un puente entre el supuesto afuera y el adentro porque tenemos que aprender a convivir y, también, darles las herramientas a los internos para que cuando salgan puedan trabajar, pintar y ser parte del entramado social.”
El propio Hortel expresó: “Esto tiene un beneficio básico que es que los internos puedan expresarse y nosotros tenemos la obligación de respetar ese derecho. Para una persona que está presa, salir a la calle a participar de una actividad es una bocanada de oxígeno porque se sienten reconocidos. También es bueno para generar una condición de igualdad con el que está afuera porque, por un momento, tratamos de borrar esa diferencia. Hay casi 1600 internos en Devoto y la idea es que se sigan sumando más a los talleres. A ellos les sobra tiempo y a nosotros paredes.”

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