Quiere jugar. Quiere bajar. Mi letra se vuelve ilegible, voy escribiendo el cuaderno que mientras se llena va limpiando toda la mugre de mi estado. Un día me hice dictador de mi andar y ese día se acabo. Vuelven las letras de color al renglón. Limpio toda la sangre que por aquí quedo. La corro a un costado, me tomo un trago, saboreo la decepción de andar separado tantos días del color. Respiro y voy. Lo único real es el sol. Mi motivación en el día de hoy. Hay feria que quiere decir fiesta, hay amigas y mates, juntada, jolgorio de los desertores .La resistencia! Grito y me escucho yo solo, estoy vivo, libre y salvaje. Tres razones para afilar mi instinto animal y andar. De acá para allá, volver los sueños sol. Recordar pensar menos y hacer más. Morón, suben un par, para caballito falta un rato y la sed comienza a formar una sensación desértica en mi boca. Tres bolsas de harina, tres baldes de cal. El desierto que se forma en la boca luego de pitar. Huelga de todas las glándulas del sector salival. Por haedo me acuerdo de El Transformador, de la biblioteca, los talleres y de Gaby a quien la policía apreso, ya tengo el papelerío listo para ir a visitarlo. Aprovecho la situación y le pido al espiritu del renglón que colabore con tinta positiva para esta situación. Gaby es de esa gente de buen corazón. Y hoy padece el encierro, violencia para la inocencia. El estado, formador de miseria, se viste de juez y le arruina la vida a un monton. Llegando a ramos me paro, el tren colapso, el calor aumento bastante y mi letra es cada vez peor. En ciudadela, como pasa siempre, no pasa nada. En liniers, donde se consigue la mejor pizza, bajan unos cuantos. Dos morochas revocadas charlan sobre la ineficiencia de sus empleadas. Se sienten las más capas del malón. Una le dice a la otra que no puede irse lejos porque a los empleados nada puede delegarles. ¿Hay alguna esclavitud mas siniestra y efectiva que la propia, la mental? Dos policía mensajeando con un celular, uno lleva una mochila que dice “Nuevo humano”, en su cintura un arma cargada, fría, lista para disparar. Tiene un peinado muy cuidado y alta pinta de reprimido. Levanto la mirada y veo a una señora que transporta una inmensa bolsa de palitos, corro la mirada y aparecen más bolsas. Enormes tutucas, chizitos, me armo un cumple en el paladar mientras paso villa luro sin mucho mas. En floresta en algún tiempo lejano debe haber existido un caudal muy importante de plantas, arboles, naturaleza viva que justifique el nombre de dicho lugar. Hoy es un barrio más de los tantos de la capital. Flores y todos los pibitxs que bajan a reventarse el moño contra la irrealidad. A escaparse de sentirse el ultimo eslabón, el mas castigado de esta inerte sociedad. Que copado estaría que se rescaten un toque y puedan buscar su mambo lejos del vicio y la esclavitud química de tener que refugiarse en todas esas mierdas porque el presente se vuelve pesado y oscuro y por algún lado tienen que escapar. La de los chizitos baja en flores, me pone la bolsa en la cara. Huelo lejano el maíz, respiro el aceite gastado. Mi mochila esta llena de libros, me voy acomodando para bajar, caminar un par de cuadras, buscar la calle púan. Solo la f.l.i.a me hace venir a la facultad. Feria, mate, creo que por este lado iré coloreando mis días.
pedaleandoescribo.
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