El Eternauta ya tiene su banda de sonido
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Pablo Vidal, Roy Milan Johansen y Doma, tres músicos del under argentino formaron parte con sus bandas del proyecto Los Ellos, un disco que evoca a la mítica historieta argentina creada por Oesterheld y Solano López.
Desde su origen masivo y popular en los años cincuenta a ícono multiuso en la actualidad, El Eternauta se las arregló para mantenerse presente en el imaginario popular. Sin embargo, y más allá de toda reinterpretación posterior, la obra cumbre de Oesterheld y Solano López nunca dejó de ser lo que en esencia, desde el inicio, siempre fue: un magistral relato de aventura humanista y ciencia ficción; una historieta de factura artesanal (se editaba, de a partes, en revistitas que se vendían en los kioscos) en la que millones de lectores se identificaron y fascinaron con esa invasión que ocurría acá nomás, en la cancha de River o la General Paz, y que presentaba personajes entrañables como “el bocho” Favalli, “el pulenta” Franco o “el corriente” (pero no por eso menos querible) Juan Salvo. Todos ellos arrojados a una experiencia de heroísmo colectivo tan inédita como vital.
Ahora, con la salida de Los Ellos, flamante compilado de bandas under que rinden tributo a esa rica imaginería simbólica y visual, El Eternauta –como obra y figura– cristaliza el gran ascendiente que en los últimos tiempos tuvo sobre la cultura joven y que ha podido verificarse, entre varios ejemplos, en la alta presencia de remeras con la cara de Juan Salvo en los recitales. “Para nosotros es una obra muy propia e inspiradora, que te dispara a muchos otros sentidos. Por eso, se nos ocurrió abrir el juego y proponerle a varias bandas que hicieran su propio homenaje sobre la historieta, a ver qué salía”, explicó días atrás a Nacional Rock (93.7) Nicolás Madoery, compilador del proyecto y responsable de editarlo a través de sello Concepto Cero que comanda junto a Matías Olmedo.
Tiempo Argentino reunió, entonces, a los cantantes de tres de las bandas que participan en el compilado –Doma, de El Perrodiablo, Pablo Vidal, de La Perla Irregular y Roy Milan Johansen, de Excursiones Polares– para indagar un poco más en varias de las aristas y las preguntas que dispara este homenaje (que al mismo tiempo, funciona como buen muestrario del under actual que tiene también a NormA, Shaman y los Hombres en LLamas, La Patrulla Espacial y Mostruo!, entre otros grupos). A saber: ¿cómo pasar al rock o la canción pop una historieta como El Eternauta? ¿Qué implicancias nuevas tiene el relato hoy? ¿Qué vínculos y relaciones pueden establecerse con el auge de la militancia joven en el último tiempo?
“Para nosotros fue un desafío”, cuenta Pablo, de La Perla, un grupo con tres álbumes sobre sus espaldas que rescata el viejo rock nacional de los setenta pero desde el presente y sin nostalgia. “Tratamos de representar musicalmente esa especie de estado de suspensión en el tiempo en el que está sumido El Eternauta y que puede ser peor que la muerte. Y que para nosotros tenía forma de balada setentosa”, explica sobre “Quien te ama, quien te odia”. Y agrega, respecto a la letra: “Para mí el gran móvil de Juan Salvo, lo que lo mueve a abandonar el refugio y unirse a la resistencia, es el amor que siente por Elena y Martita. Por eso la letra tiene el formato de una carta de él hacia ellas.”
Para Roy, de Excursiones Polares, en cambio, la mira estuvo puesta sobre el propio Héctor Oesterheld: “Sabía de qué iba el cómic, pero también lo que había pasado con Oesterheld en la dictadura. Entonces compusimos un tema que tocara ambos aspectos: la biografía y la obra”, subraya. El resultado es “A.H.G.O.”, una bella balada pop que ejemplifica bien las virtudes melódicas y armónicas de este grupo con dos muy buenos discos en su haber y localía en la zona sur del Conurbano.
En el caso de los platenses de El Perrodiablo, unas de las bandas más verdaderas y urgentes que puede encontrarse en el rock argentino hoy, el asunto fue, desde el inicio, la vieja pelea por la vida o la muerte: “El Eternauta es, además de otras cosas, una historia bélica, de guerra. Una lucha por la supervivencia. Juan Salvo no se esconde en el sótano a comer arvejas cuando estalla la invasión. No. Sale a pelear por los suyos. Y para nosotros eso se traducía un tema bien potente, bien en el filo nuestro, que mostrara ese nervio y esa lucha violenta”, cuenta sobre “La guerra psicológica”, un rock arengador y potente que no deja indemne a quien lo escucha.
–La iconografía de El Eternauta se incorporó en el último tiempo a la nueva militancia, ¿qué les parece? ¿Cómo lo ven ustedes?
Pablo: –Desde la cultura argentina no hay muchos símbolos que puedan homologarse o relacionarse con un nuevo activismo o militancia joven. Y me parece que El Eternauta cuaja bien con ese sentido. Era lógico recurrir a él, tomarlo como símbolo visual que ilustrara una pelea política o ideológica.
Roy: –La presencia de esa simbología en la militancia se explica también por el “juntémonos para transformar algo” que propone la historieta, el héroe colectivo. Que a su vez tiene parentesco con lo que fue pasando en nuestra historia.
Doma: –Yo veo como positivo que se hayan ido renovando los símbolos. En ese sentido, como dice Pablo, El Eternauta es muy iconográfica. El tipo caminando bajo la nieve es una imagen muy potente, muy del cine, más allá de quién esté bajo ese traje.
–¿Qué elogios y qué criticas tienen para hacerle a esa nueva militancia joven?
Doma: –La militancia de querer cambiar las cosas, generar y proponer cosas nuevas, siempre va a estar bueno. No me parece, sin embargo, que sea “obligatorio” militar, como a veces se baja de algunos lados. No creo que te legitime más que levantarte a las cinco de la mañana para ir a laburar o hacer con convicción aquello a lo que te dedicás. Después, me parece que la militancia joven hay que verla también desde los hechos. Porque si yo milito con las ideas de 2003 para acá, pero actúo con la misma ambición y las mismas pretenciones con las que te formaste en los ’90, el neoliberalismo no se superó. Y a veces, no siempre, veo que pasa eso. Hay mucho converso. Por eso, la militancia joven, como todo proceso, necesita depurarse también. Si en el futuro logran cosas importantes, me saco el sombrero. Pero todavía no es lo fabulosa que parece que es.
Roy: –La otra vez lo escuchaba a José Pablo Feinmann que decía que la diferencia entre la militancia de los ’70 y la de ahora era que mientras en los ’70 estaban todo el tiempo craneando y pensando cómo llevar adelante una transformación, hoy por ahí la preocupación pasaba más por llegar a un puesto y desde ahí transformar, sin tanto sustento teórico. En ese sentido, yo tengo la misma preocupación que Doma. ¿Qué onda con estos pibes? ¿Cómo serán? ¿Se terminarán convirtiendo en otra cosa? Veo mucha euforia. Pero rescato que en los ’90 primaban otros valores y hoy algo de eso se está cambiando. La vuelta a la política, como se dice ahora, es positiva. Aunque también pido que sea validada en los hechos.
Pablo: –Yo veo a la militancia joven como una realidad muy dinámica que va cambiando y construyéndose día a día. No creo que se la pueda rotular ni dar un mote fácil. Recién dentro de unos años, cuando veamos qué pasó, vamos a poder evaluar esta militancia joven. En principio, quiero darle crédito. Porque fuimos pibes criados con la lógica de los ’90, vimos cómo se fragmentaba la economía, la política, la sociedad y que hoy haya gente criada en esa lógica que esté buscando cambiar ese pensamiento, lo celebro. Después, coincido con los chicos en que no hace falta ser “militantes” para militar. Se puede militar desde lo que hace cada uno. <


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