Revolución es hacer cada día de nuestro pequeño espacio, un lugar digno de habitar
"La Maldita Máquina de Matar" Pinchevsky/ Medina

domingo, noviembre 09, 2025

El flautista de Nueva York

 


Por Alfredo Grande

(APe).- ¿Nos importa lo que sucede en Nueva York?  A mí al menos sí.  Porque lo tomo como un analizador histórico de que la derechización del planeta empieza a mostrar algo de su propio declive. Quien lo hubiera dicho. Nadie.

Los acontecimientos no se anuncian. Suceden. Acontecimiento es todo aquello que cambia el horizonte de lo posible. Lo que antes del acontecimiento era imposible, deja de serlo y se torna factible.

Es posible que la cultura represora oculte muchos acontecimientos para que nada cambie.

El acontecimiento se opone al denominado gatopardismo. Donde todo cambia para que nada cambie.  En el acontecimiento, todo cambia para que todo cambie. El paradigma del acontecimiento es la Revolución.  No en vano la cultura represora se apoderó del término revolución para armar sus estrategias reaccionarias. Pongo de ejemplo la Revolución Argentina, conducida por el general Onganía, y su barbarie cursillista.

En esos tiempos no tan lejanos las derechas no contaban con el sufragio como arma de las políticas reaccionarias. Ahora sí. Lo que al menos para mí es evidencia de que las derechas han sabido legitimarse más que las izquierdas. Tema que amerita no sólo un debate, sino algunas peleas.

En 1284 la ciudad de Hamelín estaba infestada de ratas. Un buen día apareció un desconocido que ofreció sus servicios a los habitantes del pueblo. A cambio de una recompensa, él les libraría de todas las ratas, a lo que los aldeanos se comprometieron. Entonces el desconocido flautista empezó a tocar su flauta, y todas las ratas salieron de sus cubiles y agujeros y empezaron a caminar hacia donde sonaba la música. Una vez que todas las ratas estuvieran reunidas en torno al flautista, éste empezó a caminar, y todas las ratas le siguieron al sonido de la música. El flautista se dirigió hacia el río Weser y las ratas, que iban tras él, perecieron ahogadas.

La invalorable ayuda de la Wiki, permite situar la validez del analizador flautista. Las ratas se ahogaron, lo que no creo que sucede ahora, y entonces aparecieron otras ratas, encabezas por el alcalde, que eran los que se negaban a pagarle.

Zohran Mamdani ha tocado en su flauta melodías que parecían olvidadas. En realidad, no estaban olvidadas. Pero sí reprimidas.  El efecto es similar.

El olvido es resultado de la represión.  El flautista de Nueva York lo ha posibilitado.

Al levantar las barreras del sentido común, el más reaccionario de los sentidos, la memoria aparece y volveremos a pisar nuevamente lo que fuera Santiago ensangrentado, como nos recuerda siempre Pablo Milanés. La guerra cognitiva, como dice Karen Marón, sigue. Pero creo que es necesario no dejar de registrar una batalla ganada. Y seguir explicando al pueblo que los chicos siguen siendo del pueblo.  Pero que deberán seguir a todos los flautistas que siguen tocando las viejas melodías que siempre se cantaron.

No podemos decidir en dónde los flautistas comenzarán a tocar las viejas melodías. Pero sí podemos decidir que esas melodías no sean ocultadas nunca más. Lo que creo que importa no es dónde las flautas toquen, sino recuperar las melodías que toquen.  Si los designios de dios son inescrutables, los designios de la revolución también lo son.

Nunca es como uno la piensa, pero no le demos tanta importancia a cómo pensamos las cosas. Las cosas suceden, aunque no las pensemos. Y eso es lo más parecido a un milagro. O sea; las cosas suceden aunque no las pensemos.

Y a ese milagro me entrego.

 

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