|
"La Maldita Máquina de Matar" Pinchevsky/ Medina |
domingo, junio 29, 2025
Prostitución, puteros y la izquierda
Izquierda, prostitución & Violencia estructural

«La corrupción, la prostitución, la drogas y las
diferentes economías ilícitas operan juntas,
se alimentan entre sí»
En estos últimos días la prostitución se ha convertido en un debate colectivo. En primer lugar, las conversaciones grabadas entre Ábalos y Koldo han desvelado una trama de corrupción que nadie podía imaginar en un gobierno y en un partido que llegaron a la política precisamente para limpiar la trama corrupta del PP.
Sin embargo, este diálogo sobre corrupción contenía también una grabación entre Ábalos y Koldo sobre su pretensión de tener sexo con algunas mujeres que estaban en prostitución. El intercambio de apreciaciones entre ambos sobre ellas ha mostrado el núcleo más profundo de esta realidad social: en la prostitución las mujeres son objetos, cosas, mercancías y, por ello mismo, presas fáciles para su deshumanización. Y la deshumanización es la condición de posibilidad para justificar cualquier forma de violencia contra ellas. El feminismo ha tenido (y tiene) históricamente la razón: la prostitución es una forma criminal de violencia sexual. Como también una vulneración de los derechos humanos de mujeres que fueron expulsadas de sus familias, de sus entornos e incluso de sus propias expectativas de vida a causa de la pobreza.
Esta conversación entre ambos deja al desnudo el imaginario del putero, para el que las mujeres prostituidas son solo medios para gozar del placer que les proporciona el poder que ejercen sobre ellas. Ese placer del poder les devuelve la imagen de sí mismos como seres poderosos, casi omnipotentes. Su poder se alimenta de la falta de límites de sus deseos y de la ausencia de resistencia a sus demandas. La impunidad es el asiento sobre el que se desarrolla la corrupción, pero también la prostitución.
Tampoco debe extrañar que, en medio de conversaciones sobre comisiones y dinero negro, aparezca la compra de mujeres prostituidas. Las economías ilegales no funcionan aisladamente: la corrupción, la prostitución, las drogas y diferentes economías ilícitas operan juntas, se alimentan entre sí, utilizan los mismos circuitos semi-institucionalizados para rentabilizar sus beneficios. En pocos lugares tiene un espacio tan asegurado e inevitable la prostitución como en las tramas de corrupción.
La conversación entre Ábalos y Koldo es una más –y no de las más violentas– de aquellas que tienen lugar en los foros de puteros donde las mujeres prostituidas son calificadas y puntuadas en función de distintos criterios. Desde su procedencia hasta algunas características de su cuerpo, pero también, y sobre todo, la puntuación depende de que ellas no muestren resistencia a los deseos de los puteros. Escuchar esta conversación entre estos dos puteros nos obliga a hacernos preguntas: ¿Cómo argumentar que la prostitución es un trabajo después de esta grabación? ¿Cómo sostener que los puteros no deben ser sancionados y el proxenetismo perseguido? ¿Cómo no hacer una ley abolicionista de la prostitución? ¿Cómo puede haber sectores de la izquierda que defienden que la prostitución no es una quiebra extrema de la igualdad y una forma intolerable de explotación sexual? ¿Cómo puede recuperar la izquierda el sentido común?
Por eso, y voy a la segunda cuestión, el congreso de Comisiones Obreras de este pasado fin de semana corrige en parte ese virus neoliberal que ha penetrado en los rincones ideológicos más profundos de algunos discursos de izquierdas. Al argumentar que la prostitución es violencia sexual y desigualdad patriarcal y al negar que los cuerpos de las mujeres puedan ser lugares de trabajo, el sindicalismo de clase ha asumido que los cuerpos de las mujeres no pueden ser articulados en un mercado de consumo masculino.
Me pregunto si esta inequívoca posición política de CCOO, en la que el feminismo de clase del sindicato hacía mucho tiempo que estaba trabajando, es el principio de una nueva era ideológica de la izquierda. Me pregunto si los aplausos a Unai Sordo por parte de la vicepresidenta, Yolanda Díaz, cuando el secretario general afirmaba que la prostitución es explotación sexual, anuncian un cambio de rumbo de aquella izquierda que ha entendido la prostitución como un acto de libertad (neoliberal) de las mujeres prostituidas.
Fuente: https://www.infolibre.es/opinion/plaza-publica/prostitucion-puteros-izquierda_129_2019104.html
Rosa Cobo es profesora de sociología de la Universidad da Coruña, escritora y teórica feminista.
Hechos pedazos: Erótica de nuestras roturas
La autora del texto trabaja sobre la idea del estar hechos pedazos, rotos, como sentimiento común, público y politico, y al mismo tiempo como proceso íntimo, efecto del daño.
Por Sofia Guggiari*
(para La Tecl@ Eñe)
Es miércoles y cada quince días vienen a mi casa-consultorio un grupo de personas para hacer terapia de grupo. Una de las integrantes abre el espacio y dice: “no sé si les pasa, pero estoy escuchando últimamente muchas teorías conspiranoicas sobre la situación del país ¿pero no es obvio? ¿No basta con lo que es? ¿Se necesita otra explicación para la precariedad, la pobreza, lo que estamos viviendo? ¿No basta con aceptar que nos gobiernan los Elon Musk?” Se me viene como fuga, interrupción, asociación inesperada, una frase que leí de Vir Cano en una entrevista[1], ¨hay que tomar el daño y hacer de eso otra cosa, hacerse hábil en el arte de construir con ruinas, no nos queda otra. ¨ La política y los sufrimientos más íntimos, en el espacio de grupo terapéutico, conjuran y se vuelven el mismo híbrido brutal. Siguiendo la pregunta de la integrante: ¿será que uno conspira paranoicamente con eso, lo que es irremediable, el daño, el dolor?
Estamos dañadxs, rotxs, ese es nuestro sentimiento común, público y político. Íntimo y singular también. Aparece en el grupo: des-hopitalizadxs de nosotrxs mismxs. Hechxs pedazos o hechxs de pedazxs que no logran sentirse parte de un mismo tejido, un mismo enjambre celular. Queremos huir de nuestro dolor. Juntar las piezas, los pedazos y pegarlos con lo que encontramos por ahí. Aunque no respiren el mismo compás. No importa. Rápido. Y si no, dejar todo como está y saltar al vacío. Todo, menos hacer algo con eso. Porque eso, hacer algo con los pedazos, hacerse hábil en el arte de construir con ruinas, implica el reconocimiento del daño. Hay algo que es sin remedio. Que ya no se puede volver atrás.
Se escucha también que lo que está roto es el mundo. Que están rotos los lazos, los tejidos de la historia, rota la tela del sentido de la política. Separados de nuestra ecología comunal. Nuestra interioridad y nuestras formas comunes de existencia resuenan, se proyectan, se producen y se reproducen en la misma inmersión. Imbricación recíproca. Rotura, ruptura, daño. Hechxs- deshechxs, hechxs de agujeros propios, comunes y ajenos.
Leo un texto de Fran Castigliani, Hilos; publicado en el blog “Izquierda Rara”: La vida, nuestra vida, pende de un hilo cada vez más fino y débil. Tirar entonces de ese hilo fino para poder sostenernos en la catástrofe, cuidando de no deshacerlo en el intento (…) probablemente sean necesarios uno, dos, mil gestos de hospitalidad. Pienso en la idea de depender de un hilo, de la lógica del daño, de la rotura afectiva, del sentimiento común de estar hechxs pedazos y de la necesidad de los mil gestos de hospitalidad. Y me pregunto si lo siniestro del tiempo que habitamos, si lo siniestro como horror que no repara, nos deja inmóviles para producir esos gestos feroces que nos implican estar-en-el mundo: dejarnos hacer pero también, ojo, también hacerle cosas a él. Saturadxs de razones y sentidos, quedamos explicando, hablando, entendiendo pero sin la erótica que estimula la composición. Devenir otrxs. Irreverentes. Sexuales. Misticxs. Simbióticxs con la ecología hecha de partes distintas, múltiples, que nos rodea y compone.
¿Acaso esos mil esos gestos de hospitalidad en este hilo del que pendemos, son ese arte de construir en ruinas? ¿Acaso se trata del movimiento de re-erotizar como política y terapeútica, las extrañezas que nos habitan y que habitan el mundo del que somos parte? Erotizar no es juntar lo que no va junto. Es que vayan juntas por ritmo, tacto, piel y poesía.
Hay un bosque, una selva, no son sólo partes rotas, deshechas sin más. Ya no es solo el daño, el dolor inmóvil. Estamos hechxs pedazos, sí, pero quizás haya que re-sensualizar las partes ahora extrañadas, extrañas, odiadas entre sí. Una ecología de extrañezas que habitan al interior nuestro y que todavía no hicieron comunidad. Porque el individuo déspota y soberano no quiere saber nada de lo monstruosamente múltiple. Cree que es solo uno y uno solo: ahí toda la responsabilidad. Lectura individualista de la rotura. Quizás ahí esté el arte, el de poblarnos, de escuchar nuestros distintos aspectos, partes, pedazos, cachos, deshechos, de friccionar los tejidos, de suavizar los contactos también con la hostilidad. Que no es nuestra enemiga, sino la posibilidad de decir que no a lo que no queremos más. Estamos hechxs pedazos, sí. Y quizás haya que mirar estos pedazos, reconocer que estamos dañados, encontrarnos con nuestra ruina, tocarla, estimularla y hacerla acabar.
Referencias:
[1] Vir Cano sobre su nuevo libro: «Fue descubrir la sabiduría animal» – Feminacida Mayo 2025.
El texto contiene lenguaje inclusivo por decisión de la autora.
29 de junio de 2025.
*Psicóloga.
BALCONAZO
- Ilustración: Leo Olivera
Majul: "Hoy te contamos quién le avisa a CFK que estamos al aire para que salga al balcón"
Luego de que Ricardo Lorenzetti se votara a sí mismo para rechazar la recusación de Cristina Kirchner, la Corte Suprema hizo volar por los aires los humedecidos cajones del Palacio de Justicia y se reunió de urgencia para definir sobre la sentencia de lo que se conoce como Causa Vialidad. A pesar de que se especuló con que la Suprema iba a mantener esa regularidad que la caracteriza (no, no es salir frita) que se podría resumir en “la pateamos para adelante”, apostó fuerte, sacó sentencia de culpable y proscribió a la expresidenta.
Si bien Milei salió a festejar la condena, los de La Libertad Avanza rápidamente se hicieron a un costado y le dejaron a la Justicia que se hiciera cargo sola del problema. Es más, hasta el jefe de Gabinete Guillermo Francos salió a pedir que “no se monte un show sobre esto”. Menos mal que lo aclaró, porque con lo que había visto del juicio hasta acá, estaba convencido que había más actuación que en un capítulo de Caso Cerrado. Y la verdad que si la sentencia la dictaba Ana María Polo tenían más posibilidades de no quedar en ridículo, algo para lo que hicieron todo lo posible y que mágicamente no entró en sus cálculos.
Porque el peronismo se alineó rápidamente y programó una marcha hacia Comodo Py para acompañar a Cristina a notificarse sobre su detención. Por fin alguien sumó uno más uno y comenzaron los llamados desesperados desde Casa Rosada para que ese hecho sucediera en forma virtual, temiendo que la marea se robe los primeros planos. Mejor dicho, todos los planos. Comentan que el valiente fiscal que quería ir a buscarla en persona para llevarla detenida a un penal como a una presa común, entró a preguntar si legalmente con un mensajito de whatsapp alcanzaba. Y si sólo era con emojis, mejor.
Tal fue el pánico que se agarraron los jueces cuando se dieron cuenta de lo que se les venía que evaluaron una disposición para que los empleados, ese día, trabajaran desde la casa y unos francotiradores lo hicieran desde la terraza del edificio de Retiro. Y no, no estoy exagerando, ojalá lo hiciera. “Se pasaron de rosca, no midieron las consecuencias, es como el 2x1” se escuchó decir en los pasillos. Qué 2x1, si estos hasta las roscas se las quieren llevar gratis.
La marcha se hizo igual, sólo que en vez de ir hacia Comodoro Py lo hicieron hacia varios destinos donde el principal fue Plaza de Mayo. Las bandas desbordaron Buenos Aires y el cálculo de todo el mundo rondaba el medio millón de personas. Todo el mundo menos La Nación, que sacó una nota increíble con cómputos hechos por 8 periodistas in situ y gráficos comparativos sobre otras convocatorias para poder concluir que no llegaron a 200 mil. Le salen mejor las cuentas con los granos de soja cuando juegan al truco, a los muchachos. Y, la verdad es que si te tomaste tanto trabajo para decir que fueron pocos, es porque no lo fueron. Igual, no le ganaron a la Policía cuyo conteo llegó nada más que a 40 mil. Parece que empezaron contándose ellos y ahí nomás se cansaron.
Lo cierto es que, al final, el juez Jorge Gorini le terminó otorgando la domiciliaria a la expresidenta, pero con una explicación de lo que podía o no hacer tan ambigua que empezó “la batalla del Balcón”. Que si se podía asomar, que si no, que si estaba bien que bailara, una discusión inmensa llena de gente que habla sin saber mientras las empresas para las que trabajan se instalaron casi 24/7 en Puerta de Hie… en la casa de Cristina en Constitución.
Tan así fue que Eduardo Feinmann, quien aseguraba que CFK cometía una contravención, quería colocar una cámara en línea con las puertas del balcón para detectar si las traspasaba o no. Incluso llegó a pedirle a la Justicia que pusiera un VAR con tres magistrados que decidieran cualquier actitud dudosa, como por ejemplo, si la mano se mostraba con dos dedos en V en zona prohibida, cometiendo otra irregularidad. O sea, que detectara hasta lo más finito sin tener que llamar a Andy Chango que de finito sabe un montón, pero que no le servía para este caso. Sale humo blanco.
Como quiso aparentar cierta imparcialidad, pidió que aquellos jueces que se hicieran cargo de semejante tarea no deberían tener en su prontuario (perdón, en su currículum) el haber jugado al tenis o al fútbol con el expresidente Mauricio Macri. Ahí la idea se le cayó del balcón porque la lista quedó desierta. Pensó en recurrir a la FIFA, pero cuando se percató que dicha entidad hizo suyo un informe fake en el que hasta le sumaron a los palmares del Liverpool el torneo Apertura y el Clausura de Causa 2022 y el Promoción de Fiscales 2023 disputados en Los Abrojos, rápidamente desistió y le pidió a sus trabajadores que mientras él estuviera al aire, no mostraran ninguna imagen del nuevo sagrado sitial peronista, algo que a los muchachos les estaría costando cumplir. No nos imaginamos por qué.
Un líder peronista proscripto, un balcón y una multitud ¿qué puede salir mal?
Otro que no pudo soportar verla radiante en momentos en que esperaba sucediera todo lo contrario fue Luis Majul, quien está convencido que Cristina sale al balcón cuando él está al aire. "Balcón tiene cualquiera, pero por La Cornisa camina uno sólo", habría afirmado, dolorido. Posteriormente, siguiendo la consigna del zócalo que lo acompañaba, empezó a decir, sin repetir y sin soplar, sinónimos para ladrona condenada. “Ratera, ladronzuela, bandida, atracadora, maleante, cleptómana, carterista, descuidista, cuatrera, punga, choriza, saqueadora, bandolera, estafadora, rufián, malechora, facinerosa, timadora, usurpadora, usurera”. Lástima que la producción no pudo conseguir que estuvieran presentes Silvio Soldán y Jorge Formento porque seguro pasaba derecho a la final de Feliz Domingo por el viaje a Bariloche. Sí, ya sé, jóvenes, que es una referencia vieja, pero pregúntenles a sus padres si saben quién es Polo y qué es Caso Cerrado. Además, a éstos y a los jueces no los premian con esas vacaciones sino que los llevan a Lago Escondido. Full top.
Otra cosa que llamó la atención de estos días agitados en (y en la) Constitución fue la insistente mirada de los reporteros, tanto de TN como de La Nación+, sobre la ropa que tenía puesta Fernández de Kirchner en cada ocasión que se asomó al balcón, dato que no le pasó desapercibido a Nelson Castro. Parece ser que eso le disparó la audaz idea a nuestro periodista y médico especialista en diagnóstico por imágenes televisivas de proponerle a la plana mayor del canal realizar un rápido posgrado que le permitiera mejorar sus capacidades cognitivas y, a través del análisis del outfit de Cristina, concluir cuál es el estado de ánimo de la expresidenta. Los altos directivos lo habrían escuchado atentamente, asintiendo con la cabeza… y luego lo mandaron a cubrir la guerra entre Israel e Irán. Le habrían dicho que era por la experiencia acumulada en Ucrania. Castro no habría quedado muy convencido.
Es que nadie le explicó que hablaban de la ropa solamente porque querían ver si tenían la oportunidad de captar a CFK con la tobillera puesta. Qué pícaros, estos muchachos. A Jony Viale parece que le pasaron el GPS porque iba contando paso a paso por dónde iba dicho adminículo. Decí que lo escribía en X, porque ya me lo imaginaba imitando la voz de la gallega: “Cuando llegue a la rodilla, gire levemente a la derecha. No, la otra derecha”.
Patricia Bullrich se acercó a Constitución, vio que había mucha gente, gritos, cánticos, puestos de choripán y pensó que a ese cuadro tan particular de la ciudad porteña le estaba faltando algo, así que dispuso poner vallas alrededor del domicilio de Cristina en medio de la noche y sin orden judicial, algo que ya hace rato parece no ser necesario. “Queremos mantener el orden de los militantes kirchneristas que están convirtiendo a las calles del barrio en una unidad básica”. Permítame decirle, señora, que hizo un buen análisis de las consecuencias y un errado estudio de los causantes.
El kirchnerismo salió a contestarle con un banderazo en Parque Lezama. Muchachos, tengo un montón para hablar de ellos y me obligan a usar estos renglones para recordarles que desde que los “leprosos” del Parque Independencia lo vienen realizando, vienen perdiendo como locos en el clásico con los “canallas”. Aunque sea, pongámosle otro nombre. Y ayúdenme, por favor. Consulten, más vale, para la próxima.
La frutilla del postre la puso el presidente Milei, quien afirmó que la marcha en apoyo a CFK realizada días antes “por un sector minoritario que hace ruido”, le pareció “como si la gente fuera a despedir a la señora, como cuando se hace un partido despedida, un homenaje cuando alguien se retira”. Rápido de reflejos, Ricardo Roa se preguntó en Clarín si “¿Fue el partido despedida de Cristina o la van a llamar para que vuelva como Maradona?”. Éste sí que la vio.
“Por ahí tiene razón Milei y el exitoso acto de Cristina fue su partido de despedida. No está escrito que no vaya a ser así. Claro que hay otra posibilidad: que termine como ella busca que termine y la vayan a buscar como a Maradona después de la catástrofe del 5 a 0 contra Colombia. Crucemos los dedos. Esa vez, Maradona nos llevó al Mundial. ¿Adónde nos va a llevar Cristina?”. Tiemblan de sólo pensarlo, más después de escucharla decir que “vamos a volver”. Después de todo, un líder peronista proscripto, un balcón y una multitud ¿qué puede salir mal? La defensa descansa, señor Juez.
La “Che” Cristina (II)
O la cabeza de la lombriz
Hoy unas pocas vallas, unos pocos policías… y el tránsito en el
departamento prisión ha sido restablecido, dice Alfredo Grande. Eso no es tan
importante como la gente que es asesinada por el frío o los jubilados a los que
se encierra en una jaula para que deambulen. Hay muchos que pretenden un campo
popular cuasi hemipléjico.
Por Alfredo Grande
(APe).- Cuando escribí la primera parte de
este texto intenté armonizar dos conceptos: la lucha de
clases y el campo popular. Hoy son campos conceptuales y por ende políticos,
enfrentados. Al menos para mí, eso es la cabeza de la lombriz. La cabeza de la
serpiente la vemos por TV siempre con el agravante de que son demasiadas
cabezas. Por lo tanto, las derechas tienen varias a su favor. La concentración
del gran capital es una. Pero no la única. Además, no sé si es solamente causa,
sino quizá sea una consecuencia. ¿Consecuencia de qué? Del mareo de la cabeza de
la lombriz.
Hoy unas pocas vallas, unos
pocos policías… y el tránsito en el departamento prisión ha sido restablecido.
¿Eso es importante? No tanto como la gente que es asesinada usando el recurso
cobarde del frío, los jubilados y jubiladas a los que se encierra en una jaula
para que deambulen, niñas y niños en completa intemperie (habitacional, de
pasado, presente y futuro, alimentaria).
Hay muchos y muchas que
pretenden un campo popular cuasi hemipléjico. Y no solamente del oficialismo.
Del movimiento del campo popular
a la lucha de clases puede haber una distancia pequeña, demasiado pequeña. Y la
lucha contra el progresismo no es solamente la del presidente. Y eso es también
parte de la cabeza de la lombriz.
La Che Cristina es una expresión
de deseos. Una vez dije y obviamente, fui objeto de burla, que tenemos que
construir un peronismo no macartista y una izquierda no gorila.
Lo de la burla es lo de menos. Creo que es la última carta que queda en
la baraja. Las derechas bien lo saben.
Alguna vez mi afirmación burlada
fue posible. Se habló y se luchó por la Patria Socialista. Y eso implicó un
peronismo no macartista y una izquierda no gorila. Pero como nos enseñó “el
gordo” Soriano, habrá más penas y olvido. En realidad, Soriano tituló su
magistral novela como “no habrá más penas y olvidos”. Otra expresión de
deseos. Pero todo deseo es político. Y parafraseando a Clemenceau, la
política es demasiado importante para dejarla a los políticos.
Quizá el pueblo unido pueda ser
vencido. Pero no fracasará. Inventará nuevas profecías y quizá, nuevos
deseos. A uno de los míos resolví escribirlo y titularlo. El resultado
es La Che Cristina. Quizá no tenga que ver ni con Cristina
ni con el Che. Tiene que ver conmigo.
Y hoy poner en idea y en acto lo que tiene que ver con nosotros quizá
sea una de las formas de que la cabeza de la lombriz siga creciendo.