Majul: "Hoy te contamos quién le avisa a CFK que estamos al aire para que salga al balcón"
Luego de que Ricardo Lorenzetti se votara a sí mismo para rechazar la recusación de Cristina Kirchner, la Corte Suprema hizo volar por los aires los humedecidos cajones del Palacio de Justicia y se reunió de urgencia para definir sobre la sentencia de lo que se conoce como Causa Vialidad. A pesar de que se especuló con que la Suprema iba a mantener esa regularidad que la caracteriza (no, no es salir frita) que se podría resumir en “la pateamos para adelante”, apostó fuerte, sacó sentencia de culpable y proscribió a la expresidenta.
Si bien Milei salió a festejar la condena, los de La Libertad Avanza rápidamente se hicieron a un costado y le dejaron a la Justicia que se hiciera cargo sola del problema. Es más, hasta el jefe de Gabinete Guillermo Francos salió a pedir que “no se monte un show sobre esto”. Menos mal que lo aclaró, porque con lo que había visto del juicio hasta acá, estaba convencido que había más actuación que en un capítulo de Caso Cerrado. Y la verdad que si la sentencia la dictaba Ana María Polo tenían más posibilidades de no quedar en ridículo, algo para lo que hicieron todo lo posible y que mágicamente no entró en sus cálculos.
Porque el peronismo se alineó rápidamente y programó una marcha hacia Comodo Py para acompañar a Cristina a notificarse sobre su detención. Por fin alguien sumó uno más uno y comenzaron los llamados desesperados desde Casa Rosada para que ese hecho sucediera en forma virtual, temiendo que la marea se robe los primeros planos. Mejor dicho, todos los planos. Comentan que el valiente fiscal que quería ir a buscarla en persona para llevarla detenida a un penal como a una presa común, entró a preguntar si legalmente con un mensajito de whatsapp alcanzaba. Y si sólo era con emojis, mejor.
Tal fue el pánico que se agarraron los jueces cuando se dieron cuenta de lo que se les venía que evaluaron una disposición para que los empleados, ese día, trabajaran desde la casa y unos francotiradores lo hicieran desde la terraza del edificio de Retiro. Y no, no estoy exagerando, ojalá lo hiciera. “Se pasaron de rosca, no midieron las consecuencias, es como el 2x1” se escuchó decir en los pasillos. Qué 2x1, si estos hasta las roscas se las quieren llevar gratis.
La marcha se hizo igual, sólo que en vez de ir hacia Comodoro Py lo hicieron hacia varios destinos donde el principal fue Plaza de Mayo. Las bandas desbordaron Buenos Aires y el cálculo de todo el mundo rondaba el medio millón de personas. Todo el mundo menos La Nación, que sacó una nota increíble con cómputos hechos por 8 periodistas in situ y gráficos comparativos sobre otras convocatorias para poder concluir que no llegaron a 200 mil. Le salen mejor las cuentas con los granos de soja cuando juegan al truco, a los muchachos. Y, la verdad es que si te tomaste tanto trabajo para decir que fueron pocos, es porque no lo fueron. Igual, no le ganaron a la Policía cuyo conteo llegó nada más que a 40 mil. Parece que empezaron contándose ellos y ahí nomás se cansaron.
Lo cierto es que, al final, el juez Jorge Gorini le terminó otorgando la domiciliaria a la expresidenta, pero con una explicación de lo que podía o no hacer tan ambigua que empezó “la batalla del Balcón”. Que si se podía asomar, que si no, que si estaba bien que bailara, una discusión inmensa llena de gente que habla sin saber mientras las empresas para las que trabajan se instalaron casi 24/7 en Puerta de Hie… en la casa de Cristina en Constitución.
Tan así fue que Eduardo Feinmann, quien aseguraba que CFK cometía una contravención, quería colocar una cámara en línea con las puertas del balcón para detectar si las traspasaba o no. Incluso llegó a pedirle a la Justicia que pusiera un VAR con tres magistrados que decidieran cualquier actitud dudosa, como por ejemplo, si la mano se mostraba con dos dedos en V en zona prohibida, cometiendo otra irregularidad. O sea, que detectara hasta lo más finito sin tener que llamar a Andy Chango que de finito sabe un montón, pero que no le servía para este caso. Sale humo blanco.
Como quiso aparentar cierta imparcialidad, pidió que aquellos jueces que se hicieran cargo de semejante tarea no deberían tener en su prontuario (perdón, en su currículum) el haber jugado al tenis o al fútbol con el expresidente Mauricio Macri. Ahí la idea se le cayó del balcón porque la lista quedó desierta. Pensó en recurrir a la FIFA, pero cuando se percató que dicha entidad hizo suyo un informe fake en el que hasta le sumaron a los palmares del Liverpool el torneo Apertura y el Clausura de Causa 2022 y el Promoción de Fiscales 2023 disputados en Los Abrojos, rápidamente desistió y le pidió a sus trabajadores que mientras él estuviera al aire, no mostraran ninguna imagen del nuevo sagrado sitial peronista, algo que a los muchachos les estaría costando cumplir. No nos imaginamos por qué.
Un líder peronista proscripto, un balcón y una multitud ¿qué puede salir mal?
Otro que no pudo soportar verla radiante en momentos en que esperaba sucediera todo lo contrario fue Luis Majul, quien está convencido que Cristina sale al balcón cuando él está al aire. "Balcón tiene cualquiera, pero por La Cornisa camina uno sólo", habría afirmado, dolorido. Posteriormente, siguiendo la consigna del zócalo que lo acompañaba, empezó a decir, sin repetir y sin soplar, sinónimos para ladrona condenada. “Ratera, ladronzuela, bandida, atracadora, maleante, cleptómana, carterista, descuidista, cuatrera, punga, choriza, saqueadora, bandolera, estafadora, rufián, malechora, facinerosa, timadora, usurpadora, usurera”. Lástima que la producción no pudo conseguir que estuvieran presentes Silvio Soldán y Jorge Formento porque seguro pasaba derecho a la final de Feliz Domingo por el viaje a Bariloche. Sí, ya sé, jóvenes, que es una referencia vieja, pero pregúntenles a sus padres si saben quién es Polo y qué es Caso Cerrado. Además, a éstos y a los jueces no los premian con esas vacaciones sino que los llevan a Lago Escondido. Full top.
Otra cosa que llamó la atención de estos días agitados en (y en la) Constitución fue la insistente mirada de los reporteros, tanto de TN como de La Nación+, sobre la ropa que tenía puesta Fernández de Kirchner en cada ocasión que se asomó al balcón, dato que no le pasó desapercibido a Nelson Castro. Parece ser que eso le disparó la audaz idea a nuestro periodista y médico especialista en diagnóstico por imágenes televisivas de proponerle a la plana mayor del canal realizar un rápido posgrado que le permitiera mejorar sus capacidades cognitivas y, a través del análisis del outfit de Cristina, concluir cuál es el estado de ánimo de la expresidenta. Los altos directivos lo habrían escuchado atentamente, asintiendo con la cabeza… y luego lo mandaron a cubrir la guerra entre Israel e Irán. Le habrían dicho que era por la experiencia acumulada en Ucrania. Castro no habría quedado muy convencido.
Es que nadie le explicó que hablaban de la ropa solamente porque querían ver si tenían la oportunidad de captar a CFK con la tobillera puesta. Qué pícaros, estos muchachos. A Jony Viale parece que le pasaron el GPS porque iba contando paso a paso por dónde iba dicho adminículo. Decí que lo escribía en X, porque ya me lo imaginaba imitando la voz de la gallega: “Cuando llegue a la rodilla, gire levemente a la derecha. No, la otra derecha”.
Patricia Bullrich se acercó a Constitución, vio que había mucha gente, gritos, cánticos, puestos de choripán y pensó que a ese cuadro tan particular de la ciudad porteña le estaba faltando algo, así que dispuso poner vallas alrededor del domicilio de Cristina en medio de la noche y sin orden judicial, algo que ya hace rato parece no ser necesario. “Queremos mantener el orden de los militantes kirchneristas que están convirtiendo a las calles del barrio en una unidad básica”. Permítame decirle, señora, que hizo un buen análisis de las consecuencias y un errado estudio de los causantes.
El kirchnerismo salió a contestarle con un banderazo en Parque Lezama. Muchachos, tengo un montón para hablar de ellos y me obligan a usar estos renglones para recordarles que desde que los “leprosos” del Parque Independencia lo vienen realizando, vienen perdiendo como locos en el clásico con los “canallas”. Aunque sea, pongámosle otro nombre. Y ayúdenme, por favor. Consulten, más vale, para la próxima.
La frutilla del postre la puso el presidente Milei, quien afirmó que la marcha en apoyo a CFK realizada días antes “por un sector minoritario que hace ruido”, le pareció “como si la gente fuera a despedir a la señora, como cuando se hace un partido despedida, un homenaje cuando alguien se retira”. Rápido de reflejos, Ricardo Roa se preguntó en Clarín si “¿Fue el partido despedida de Cristina o la van a llamar para que vuelva como Maradona?”. Éste sí que la vio.
“Por ahí tiene razón Milei y el exitoso acto de Cristina fue su partido de despedida. No está escrito que no vaya a ser así. Claro que hay otra posibilidad: que termine como ella busca que termine y la vayan a buscar como a Maradona después de la catástrofe del 5 a 0 contra Colombia. Crucemos los dedos. Esa vez, Maradona nos llevó al Mundial. ¿Adónde nos va a llevar Cristina?”. Tiemblan de sólo pensarlo, más después de escucharla decir que “vamos a volver”. Después de todo, un líder peronista proscripto, un balcón y una multitud ¿qué puede salir mal? La defensa descansa, señor Juez.
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